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Audio: La libertad, don de Dios

"Sólo nosotros, los hombres –no hablo aquí de los ángeles– nos unimos al Creador por el ejercicio de nuestra libertad: podemos rendir o negar al Señor la gloria que le corresponde como Autor de todo lo que existe" dice San Josemaría en esta homilía.

Audio: El Sermón de la montaña

"Al ver Jesús a las multitudes, subió al monte; se sentó y se le acercaron sus discípulos". Así comienza la narración de San Mateo del Sermón de la Montaña.

"La grandeza de la vida corriente"

Ofrecemos un extracto, en audio y texto, de la homilía en la que san Josemaría glosó una de las ideas que más predicó a lo largo de su vida: la grandeza de la vida ordinaria del que se sabe hijo de Dios.

Tu principal trabajo: tus hijos

El trabajo puede absorber tanto tiempo, que no queda al final del día un rato para estar con los propios hijos. Pero “el Señor bendecirá todos los trabajos que hagas –sugiere san Josemaría en este video-, si dejas alguno, por atender tu trabajo principal: tus hijos”.

Escuche "La Adoración de los Reyes Magos"

"Al ver la estrella se llenaron de una inmensa alegría. Y entrando en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra". San Mateo nos relata la Epifanía del Señor.

Audio: Vocación cristiana

El domingo pasado empezó el Adviento. Incluimos en audio un fragmento de una homilía de San Josemaría en la que habla de este tiempo litúrgico.

El amor bendito del matrimonio

‘Bendigo el matrimonio con mis dos manos de sacerdote’, decía san Josemaría. A los cónyuges recomendaba reñir poco y terminar siempre con el perdón y un abrazo.

Audio: Cristo Rey

El último domingo del año litúrgico se celebra la Solemnidad de Cristo Rey. Con este motivo, ofrecemos un fragmento del audio de la homilía que San Josemaría predicó el 22 de noviembre de 1970.

Comprender a los hijos

Los hijos a veces causan preocupación. San Josemaría, con dos anécdotas de su familia, explica que a veces bastará con comprender y confiar en los hijos.

Estoy roto, pero sigo sirviendo

Las cosas más propias de la vida ordinaria sirven para hacer oración. Una sopera rota, por ejemplo. San Josemaría decía que él era así, como una sopera rota -por los pecados- y arreglada -gracias a la confesión- que seguía sirviendo buen alimento a los demás.