Número de artículos: 886

Candice y el consejo de un amigo

Candice Leung es de Canadá. Un día un profesor le aconsejó un libro escrito por un sacerdote. Movida por la curiosidad y buscando respuestas a sus preguntas, abrió "Camino" y encontró un amigo (01'02'').

¿Cómo conociste el Opus Dei?

Tres historias distintas: experiencias de quienes hoy son cooperadores de la Obra en Argentina.

Ir a misa en Ruwais

Belisa y Rafael son un matrimonio venezonalo. Se mudaron recientemente a los Emiratos Árabes por razones de trabajo, y desde entonces han tenido la dicha de poder ir a Misa todas las semanas

Susi y Carlos: para afinar el alma

Susi y Carlos tienen un taller mecánico en Guadalajara (México). Además de arreglar bien los coches, este matrimonio desea acercar a sus clientes a Dios. Así se lo contaron al Prelado del Opus Dei en su pasado viaje a México (Video: 2'22'').

Dios sonríe en Kiev

Yuri vive en Kiev (Ucrania) con su mujer y su hija. Tiene 35 años y se bautizó hace siete, poco antes de conocer el Opus Dei. Su deseo es trabajar bien y llevar una vida cristiana sencilla.

Los secretos de la magia

Davinia Maestre tiene 26 años y un hobbie, la magia; afición que aprendió de su hermano, que ahora es mago profesional.

Henrik, ingeniero aeronáutico en Hungría

Henrik estudia Ingeniería Aeronáutica en Budapest. Cuenta cómo procura ayudar a sus amigos a mejorar su formación cristiana y a descubrir el sentido del trabajo bien hecho, con los textos de Benedicto XVI y de San Josemaría.

Dios sigue llamando

Mario Vera Juárez, informático nacido en el Distrito Federal hace 40 años, relata el proceso de su vocación. "Y ahora ya me ven: Dios me ha llamado (...) Me dicen que me espera mucho trabajo".

Un país tan grande como toda Europa

Pedro estudia Químicas en la Universidad de Almaty (Kazajistán). Cuenta cómo es la labor del Opus Dei en ese país, su relación con amigos musulmanes y... también con coreanos.

La fe entre las páginas de una novela de misterio

Josefina Caprile vive en Argentina, es viuda y madre de ocho hijos. Entre el ajetreo de la vida familiar, se las arregla para escribir, con una idea fundamental: los libros tienen que ser entretenidos, si no ¿quién los va a leer?