Número de artículos: 9584

Cuaresma: un hondo sentido de reparación

"Vamos a dar a nuestra mortificación y a nuestra penitencia –que han de ser más intensas en este período de Cuaresma- un hondo sentido de reparación", aconseja don Álvaro.

Noticias

La alegría de la Pascua

Se apareció a su Madre Santísima. —Se apareció a María de Magdala, que está loca de amor. —Y a Pedro y a los demás Apóstoles. —Y a ti y a mí, que somos sus discípulos y más locos que la Magdalena: ¡qué cosas le hemos dicho!

Toni y la enfermedad

Recuerdos sobre el modo en que Toni Zwifel vivió los últimos años de su vida. En 1985, ya enfermo de cáncer, escribía: «El único mal es el pecado». Dio la vuelta a su enfermedad, a la que llamaba «una historia de amor».

Favores

Sembradores de paz y de alegría

Los cristianos hemos de llevar la paz de Cristo a todas las personas, comenta don Álvaro (45'').

Documentación

Somos hijos de Dios

Textos de san Josemaría sobre la filiación divina.

No veo nada

Don Álvaro acudió a Carlos Vidal, oftalmólogo, para que le hiciera unos lentes de contacto. Al recordar la accidentada consulta en una clínica de la Ciudad de México, Carlos destaca la sencillez y serenidad con las que Mons. Del Portillo hacía frente a las contrariedades.

Favores

Como un niño que balbucea

A la vuelta de cincuenta años, estoy como un niño que balbucea: estoy comenzando, recomenzando, como en mi lucha interior de cada jornada. Y así, hasta el final de los días que me queden: siempre recomenzando.

"Álvaro del Portillo defendía la libertad de todos"

El catedrático de Economía Antonio Argandoña destacó, en la conferencia que impartió el pasado jueves en el Aula de Teología del Oratorio de Bonaigua en Barcelona, que don Álvaro "se volcó en la tarea de recristianización, con un espíritu lleno de respeto hacia los demás".

Noticias

El encuentro de Toni con el Opus Dei

Breve artículo en el que se relata cómo y cuándo Toni Zweifel entró en contacto con el Opus Dei.

Favores

Viernes Santo

El alma que sabe amar y entregarse así, se colma de alegría y de paz. Entonces, ¿por qué insistir en "sacrificio", como buscando consuelo, si la Cruz de Cristo —que es tu vida— te hace feliz?