En la pasada Navidad las chicas de Octavo Grado de E.G.B., con su preceptora, decidieron ir a visitar a las familias de Barranca, un barrio vecino a una de esas escuelas. Su objetivo era simple: llevar a esas familias las figuras del Nacimiento y armar el Pesebre con ellas, en sus casas. 

Mariuxi Dueñas y Jeanet Hanze alumnas de este curso cuentan cómo les ayudó personalmente hacer esa visita. La señora que visitaron les dio las gracias por llevarle el Nacimiento y ayudarle a ponerlo. Su hija llevaba años pidiéndole que lo pusieran, pero no lo habían hecho, porque por falta de dinero no podía comprar las figuritas. Les dijo que habían hecho realidad el sueño de su hija. Para las chicas del Delta fue una gran lección acerca del valor de estas sencillas pero significativas tradiciones familiares cristianas.

Ese mismo día Ana Cristina Del Pozo contó admirada a sus compañeras que la casa que visitó era muy pobre pero muy ordenada: cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa. Tomo algunas fotos que hoy tiene en su habitación y que –dice- le recuerdan la importancia de vivir la virtud del orden.

Por su parte, Titi Lebed, la profesora que les acompañó en su visita a Barranca comenta que “como siempre, la experiencia fue enriquecedora por partida doble: para las familias visitadas, pero también –y muy especialmente- para nuestras chicas del Delta, que aprenden a servir a los demás, valoran mejor la formación que reciben y se comprometen con la realidad de los más necesitados de nuestra sociedad”.