El Papa Francisco exhortó a las madres a rezar y pedir a Dios el don de poder aconsejar a sus hijos ante las dificultades, pues este don del Espíritu “hace que nuestra conciencia sea capaz de hacer una elección concreta en comunión con Dios, según la lógica de Jesús y de su Evangelio”.
Eso es lo que busca el grupo "Oración de las madres". Muchas mujeres, desde diversos puntos del país, se reúnen todas las semanas para rezar por sus hijos.
Servicio a los demás
Sacar adelante una familia es una gran responsabilidad y Claudia lo sabe muy bien. Tiene 7 hijos, cuida a dos de sus sobrinos tras la muerte de su hermana, pero esto no le impide liderar varias obras sociales.
Siempre ha sido inquieta, desde joven se dedicaba a ayudar de muchas formas. Una de sus primeras iniciativas fue conseguir alrededor de 50 becas en el colegio Jacarandá en Guayaquil. La labor en esta institución educativa, cuya formación está encomendada al Opus Dei, inició en el año 2000 y lo sigue haciendo hasta el día de hoy junto con sus familiares y amigos.
Otra de sus actividades se enfoca en gestionar una fundación que creó hace más de 15 años en Playas, que tiene como objetivo ayudar a madres de familia que se han quedado viudas y no tienen una situación económica estable. Les proporcionan alimentos de primera necesidad y se reúnen una vez por semana a cantarle a la Virgen y rezar el rosario. "Desde que empezamos no hemos parado nunca. Todos los meses 50 madres reciben ayuda", cuenta Claudia.
La "Oración de las madres"
Tras este recorrido de servicio, llega la inspiración. En un viaje a otro país, una amiga la invitó a un ‘Rezo de las madres’ que duraba 5 minutos. Era una reunión pequeña de señoras que estaban orando. Cuando Claudia le pidió a Dios y a la Virgen por sus hijos, se emocionó hasta las lágrimas. Después de esta experiencia, quiso replicar la actividad en Guayaquil.
Imprimió libros, invitó a voluntarias, pidió la autorización al párroco de la Iglesia Rectoral San Josemaría y desde el 2018 empezaron a reunirse. A los pies de la Virgen se coloca una canasta que contiene sobres con los nombres de los hijos de las madres que asisten y sus peticiones.
La actividad se realiza todos los martes a las 08:15 am, después de la misa y dura entre 15 y 25 minutos. Inicia con las intenciones de las madres, hacen una Consagración a la Virgen, rezan un Padre Nuestro, 10 Ave María, la Salve y dedican un canto mariano.
Ahora son muchas más
Empezaron con 8 personas, luego el número creció a más de 70. Las restricciones de la pandemia por Covid 19 detuvo el encuentro presencial, pero no las ganas de seguir con la iniciativa. Es así que decidieron transmitirlo por las redes sociales de la Iglesia logrando que alrededor de 500 madres se unan en oración.
Este apostolado ha ido creciendo. Ahora se está realizando en Quito, Cuenca, Manta, Playas y otros puntos del país. Claudia cuenta que la labor le ha dejado bastantes cosas positivas a ella y muchas mujeres: "me siento afortunada de estar rezando con tantas mamás y abuelas, porque yo creo que mientras más oremos juntas, mayor fruto dará la oración".