La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor.
(Papa Francisco, Mensaje para la XLVII Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2014).
Lucy, de México, y su familia participan en la Promoción Rural Familiar durante la Semana Santa desde hace 15 años. Han descubierto que las vacaciones siempre son principalmente actividades familiares, y por tanto la ocasión ideal para crecer en familia, es decir, que de las vacaciones uno tiene que volver un poquito “mejor persona”.
¿En qué consiste la promoción rural familiar?
Se trata de una actividad de labor social que vivimos en familia y con otras familias. El objetivo es dedicar unos días de nuestras vacaciones a colaborar y compartir con personas necesitadas los oficios y celebraciones de los días Santos.
La idea es que participen todos los miembros de la familia, desde el más pequeñito hasta los abuelos que quieran hacerlo. Nos han acompañado bebés de 4 meses, pues entre 100 personas, siempre hay brazos para cuidarlos. También los abuelos tienen algo que aportar. El primer año una abuela encantadora se encargó de dar el toque hogareño al Campamento, dirigiendo la cocina, limpieza, orden, etc. Otro año un abuelo llevó árboles frutales y fue de casa en casa con su pala plantando arbolitos con sus nietos. Cada uno aporta su habilidad, así se forman los equipos de pintores, albañiles, peluqueros, costureras, maestras, asesoras familiares, médicos, etc.
¿Por qué eligen pasar la Semana Santa con su familia en la periferia, como dice el Papa Francisco?
Las vacaciones siempre son principalmente actividades familiares, y por tanto la ocasión ideal para crecer en familia
Nos dimos cuenta que las vacaciones de Semana Santa se estaban transformando en una ocasión para relajarse y divertirse en ambientes muy poco cristianos, descuidando las prácticas de piedad propias de esos días. De modo que buscamos una manera de salir al campo, asistir a las celebraciones religiosas y convivir con los amigos de forma divertida. Generalmente en todos los pueblos de México, las ceremonias de la Semana Santa son muy bonitas y típicas, así que vimos el modo de aprovecharlas, y si además nos encontramos con que la gente más necesitada vive en esos pueblitos, pues algo podíamos hacer ahí para no pasar simplemente de largo.
Con el Papa Francisco hemos recibido un nuevo empujón, pues no deja de sacudirnos con sus enseñanzas sobre la caridad e incluso él mismo nos pone el ejemplo, para vencer la indiferencia, para acercarnos a los más solos, enfermos y necesitados, para salir de nosotros mismos.
¿Qué repercusiones tiene esta iniciativa en su familia?
Es un modo de enseñar virtudes sin decir ni media palabra. Virtudes como la sobriedad, reciedumbre, generosidad, piedad, etc. Basta que vean que los papás y mamás también podemos dormir en una tienda de campaña, trabajar reparando el techo de la casa de un anciano, o cambiar la cama de un enfermo, comerse la comida que se cocina para 100 personas sin chistar, ni pedir un platillo especial, cuidar de los hijos de otros mientras estos descansan, o rezan o hacen alguna actividad. En fin, que son muchas las ocasiones para poner en práctica las virtudes de la convivencia y la caridad.
Mientras los hijos son chicos es muy fácil que asistan, y siempre regresan diciendo que fueron las mejores vacaciones de su vida. Cuando crecen hay que convencerlos de otras maneras, invitando a los amigos, las novias, etc. De modo que cada vez crece el número de asistentes, porque esos amigos luego llevan a sus propias familias. Este año Tomás, un niño de 13 años invitó a varios de sus compañeros del colegio y nos llamaban las mamás diciendo que querían asistir con toda su familia porque Tomás los había invitado.
¿Qué aportan las enseñanzas de san Josemaría a tu vida familiar?
Sus enseñanzas son la brújula que orienta mi vida espiritual y el motor de mi vida familiar, social, y profesional. En la vida y obra de san Josemaría encuentro una respuesta para cada situación por la que paso, una sugerencia al oído ante los éxitos y las metidas de pata -que en mi caso abundan-, un consejo siempre atinado ante cualquier decisión.
Muchas enseñanzas de san Josemaría se refieren a atender las necesidades de los que tienen menos y la catequesis, que está es nuestro trabajo en la promoción rural. San Josemaría, desde que era un muy joven, iba por los barrios más pobres de Madrid dando catequesis y visitando a los más pobres y enfermos, muchas veces acompañado por un grupo de universitarios a quienes les trasmitía su propia experiencia: servicios materiales que conviene prestarles, qué consuelos..., etc. Todo está recogido en las enseñanzas de san Josemaría.
El papa Francisco habla de que la Iglesia necesita familias felices y pide oraciones de todos los cristianos por el próximo Sínodo de la Familia, ¿qué se puede hacer para construir la felicidad en la propia familia?
La felicidad en la propia familia se construye con las cosas ordinarias, aparentemente sin importancia, pero que al estar llenas de detalles de cariño se vuelven únicas y marcan la existencia de cada miembro de la familia. Las vacaciones y los viajes son ocasiones para llenarlas de esos detalles que pueden ser aprovechados. Y si además se convive con otras familias que aportan lo suyo, pues quedan anécdotas para reírnos el resto del año.