Opus Dei

Reflexión para meditar en la fiesta de los santos Felipe y Santiago. Los temas propuestos son: la auténtica fe atrae; magnanimidad y audacia de los apóstoles; vivir con Cristo nos impulsa a darlo a los demás.

“Hombres corrientes, con defectos, con debilidades. Y, sin embargo, Jesús los llama para ser administradores de la gracia de Dios”, recuerda san Josemaría. Son los doce testigos privilegiados de la Resurrección de Jesús, enviados a hacer “discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

Francisco explicó cómo Dios generó “un cambio de mentalidad” en Pedro para acoger “la universalidad de la salvación”. De este modo comenzó a extender el Evangelio a los no judíos y predicó en casa de un pagano.

La palabra griega “apostoloi” significa enviado. Hace referencia a la llamada que hace Jesucristo a los apóstoles para que continúen con su propia misión: anunciar el reino de Dios por todo el mundo.

"Habiendo llamado a sus doce discípulos, les dio poder para arrojar a los espíritus inmundos y para curar toda enfermedad y toda dolencia". Así comienza el capítulo décimo del Evangelio de San Mateo en el que se narra la elección y catequesis de los primeros doce.

Una de las 50 preguntas frecuentes sobre Jesucristo y la Iglesia, respondidas por un equipo de profesores de Historia y Teología de la Universidad de Navarra.

Son hombres corrientes, con defectos, con debilidades, con la palabra más larga que las obras. Y, sin embargo, Jesús los llama para hacer de ellos pescadores de hombres, corredentores, administradores de la gracia de Dios. Algo semejante ha sucedido con nosotros.

A los cristianos no nos importa el qué dirán. Nos importa la mirada de Cristo. Vídeo grabado en Londres, en 1985, durante un viaje pastoral de Mons. Álvaro del Portillo.

El Señor, que llamó a los apóstoles -explica don Álvaro-, llama a todos los cristianos para que lo sigamos más de cerca (1'13'').

¿Cómo nos trata Jesús? El Señor nos trata como trató a sus discípulos: con cariño, con naturalidad, con paciencia ante nuestros errores. Así lo explica el Fundador el Opus Dei en este vídeo (0’59’’).