Ir a la galería de fotos de este artículo. Pensando en esto, la Residencia universitaria Inaya ( https://staff1online.com/inayauniversitaria.org/superior.htm ) de Bogotá, propuso a un grupo de jóvenes invertir una temporada ayudando a los demás, compartiendo sus conocimientos, prestando servicios y compañía a personas necesitadas en Funes, Nariño.
Después de conversar con funcionarios de la Alcaldía local, se definieron las zonas y actividades a realizar durante la semana de trabajo. Se programaron tres brigadas de salud y recreación en las veredas de Chapal, Chitarrán y Guapuscal; talleres de formación sobre Proyecto de Vida, Liderazgo, Noviazgo y Afectividad con alumnos de los tres últimos grados de bachillerato; talleres lúdicos y de valores cristianos con personas de la comunidad; prácticas de radio y manejo de cámaras de televisión con el grupo de comunicadores que llevan la emisora y el canal local; capacitación en cuidado de niños para las madres comunitarias; tarde de recreación con los ancianos que acuden semanalmente a la casa del adulto mayor, y más de treinta visitas a familias de escasos recursos y personas enfermas, con las que las universitarias pudieron compartir un rato, llevándoles compañía y consuelo.
En las brigadas las personas recibieron además de atención médica y talleres de prevención en salud, charlas acerca de las enseñanzas de San Josemaría sobre el matrimonio y la familia, y se organizaron talleres lúdicos de valores para los niños.
Da mucha alegría comprobar que en este lugar de Colombia, a 3000 metros sobre el nivel del mar, hay personas que conocen y le tienen mucha devoción a San Josemaría, entre otros motivos, gracias a Gloria Stella que es Cooperadora del Opus Dei, y que guardaba la ilusión de que algún día personas de la Obra llegaran hasta Funes a compartir el mensaje del Fundador del Opus Dei sobre la santificación del trabajo y de la vida del cristiano en medio de las actividades ordinarias.
A los pocos días de la llegada, Doña Marina, quien tiene un restaurante en la plaza principal y se encargaba de las comidas del grupo de universitarias, oyó hablar de la Obra y se interesó por las actividades que se organizarían durante esa semana. Relató cómo hace ocho años había pasado por una situación de riesgo en su embarazo, debido a un tumor y que, gracias a la intercesión de San Josemaría pudo tener a su hijo Mateo. Hoy día todos sus hijos le tienen mucha devoción y le rezan a él en sus estudios.
La piedad de esta población se trasluce en el respeto y delicadeza en todo lo que se refiere al culto divino, en el cuidado y la belleza de la Iglesia principal del municipio y en el sinnúmero de capillas repartidas por todo su territorio. A esto se le sumó el ambiente de amabilidad y de caridad entre sus pobladores, y la devoción a Nuestra Señora de las Lajas, cuyo santuario se encuentra a sólo cuarenta minutos de esta población, haciendo de Funes un lugar muy especial, donde se palpa la fe católica.
“ Es impresionante la fe y la piedad de las personas ”, decía María Alejandra, al constatar la naturalidad con que hablaban de Dios, su devoción a la Santísima Virgen y a la Confesión y cómo diariamente destinaban un rato a rezar y ofrecer sus actividades a Dios. Como afirmó Camila, estudiante de Comunicación Social de la Universidad de la Sabana al terminar la actividad, “ fuimos a dar y fue mucho más lo que recibimos ”.