Vacaciones solidarias en Funes (Nariño, Colombia)

¿Qué hago estas vacaciones? Es la pregunta que se hacen muchas estudiantes al acercarse el final del semestre académico.

Funes es un municipio de 7500 habitantes, situado en la carretera Panamericana a mitad de camino entre Pasto e Ipiales.

Ir a la galería de fotos de este artículo. Pensando en esto, la Residencia universitaria Inaya ( https://staff1online.com/inayauniversitaria.org/superior.htm ) de Bogotá, propuso a un grupo de jóvenes invertir una temporada ayudando a los demás, compartiendo sus conocimientos, prestando servicios y compañía a personas necesitadas en Funes, Nariño.

Después de conversar con funcionarios de la Alcaldía local, se definieron las zonas y actividades a realizar durante la semana de trabajo. Se programaron tres brigadas de salud y recreación en las veredas de Chapal, Chitarrán y Guapuscal; talleres de formación sobre Proyecto de Vida, Liderazgo, Noviazgo y Afectividad con alumnos de los tres últimos grados de bachillerato; talleres lúdicos y de valores cristianos con personas de la comunidad; prácticas de radio y manejo de cámaras de televisión con el grupo de comunicadores que llevan la emisora y el canal local; capacitación en cuidado de niños para las madres comunitarias; tarde de recreación con los ancianos que acuden semanalmente a la casa del adulto mayor, y más de treinta visitas a familias de escasos recursos y personas enfermas, con las que las universitarias pudieron compartir un rato, llevándoles compañía y consuelo.

En las brigadas las personas recibieron además de atención médica y talleres de prevención en salud, charlas acerca de las enseñanzas de San Josemaría sobre el matrimonio y la familia, y se organizaron talleres lúdicos de valores para los niños.

Da mucha alegría comprobar que en este lugar de Colombia, a 3000 metros sobre el nivel del mar, hay personas que conocen y le tienen mucha devoción a San Josemaría, entre otros motivos, gracias a Gloria Stella que es Cooperadora del Opus Dei, y que guardaba la ilusión de que algún día personas de la Obra llegaran hasta Funes a compartir el mensaje del Fundador del Opus Dei sobre la santificación del trabajo y de la vida del cristiano en medio de las actividades ordinarias.

A los pocos días de la llegada, Doña Marina, quien tiene un restaurante en la plaza principal y se encargaba de las comidas del grupo de universitarias, oyó hablar de la Obra y se interesó por las actividades que se organizarían durante esa semana. Relató cómo hace ocho años había pasado por una situación de riesgo en su embarazo, debido a un tumor y que, gracias a la intercesión de San Josemaría pudo tener a su hijo Mateo. Hoy día todos sus hijos le tienen mucha devoción y le rezan a él en sus estudios.

La piedad de esta población se trasluce en el respeto y delicadeza en todo lo que se refiere al culto divino, en el cuidado y la belleza de la Iglesia principal del municipio y en el sinnúmero de capillas repartidas por todo su territorio. A esto se le sumó el ambiente de amabilidad y de caridad entre sus pobladores, y la devoción a Nuestra Señora de las Lajas, cuyo santuario se encuentra a sólo cuarenta minutos de esta población, haciendo de Funes un lugar muy especial, donde se palpa la fe católica.

Es impresionante la fe y la piedad de las personas ”, decía María Alejandra, al constatar la naturalidad con que hablaban de Dios, su devoción a la Santísima Virgen y a la Confesión y cómo diariamente destinaban un rato a rezar y ofrecer sus actividades a Dios. Como afirmó Camila, estudiante de Comunicación Social de la Universidad de la Sabana al terminar la actividad, “ fuimos a dar y fue mucho más lo que recibimos ”.

Por Diana Castaño Padilla