Un despertar bajo la sombra de la arboleda en Ibagué

Gracias a este “Despertar religioso” el 17 de noviembre 28 jóvenes recibieron el sacramento de la Confirmación y el 8 de diciembre, unos 84 niños sus Primeras Comuniones.

Por Joaquín Andrade

Desde la ventana de mi casa diariamente se ve un gran número de niños y muchachos que corren detrás de un balón; otros, simplemente, se sientan en un andén o una silla de cemento, mirando al infinito.

Durante un rato de oración que acostumbro hacer todas las mañanas, me surgió la idea de organizar un plan para adelantar un curso básico sobre la fe con ellos.

Le presenté la idea al párroco, padre Oscar Orjuela. “Es un proyecto, -le comenté-, para realizar catequesis a los padres de familia con el objetivo de capacitarlos en la vivencia y transmisión del mensaje cristiano, que no sólo beneficie a los niños, sino que también fortalecerá la vida de hogar, donde se vive la fe, crear un ambiente propicio para el crecimiento espiritual de padres hijos. Es también una oportunidad para comprometerlos en la práctica activa de la fe, mediante la oración y la participación dominical de la Eucaristía”.

El sacerdote no sólo lo aprobó, sino que agregó: “Buena idea" y lo calificó como “Despertar religioso”.

Durante 10 encuentros, uno cada mes los días martes, de 7:00 a 8:15 de la noche en la Parroquia los Sagrados Corazones de Jesús y de María de la urbanización Arboleda del Campestre de Ibagué, avanzamos en el tema y, además se prepararon niños y jóvenes para recibir los sacramentos de la Eucaristía y de la Confirmación.

En la mayoría de los casos, los ojos de la fe se abren en la infancia y dentro de la familia, son los padres quienes facilitarán decisivamente el despertar religioso de sus hijos. Y ellos determinaron acompañarlos en las clases porque también les servía para profundizar en el conocimiento de Dios y de la Iglesia.

Estas lecciones fueron motivo para el estudio de todos. Hubo tiempo para las charlas, pero también para las preguntas y algunas veces nos llevaron a los padres de familia y a los catequistas a estudiar y profundizar en esos temas y en la cita siguiente, dar las respuestas precisas.

En esta catequesis participaron: niños, jóvenes y padres de familia. A unos se les encargó un tema para que fuera expuesto por una familia; otros hacían la oración introductoria; unos más se encargaban de los videos y otros de profundizar algo que había quedado pendiente de una sesión anterior.

Se desarrollaron temas como: Los cristianos: una gran familia; Nuestro Padre Dios nos da la vida; Jesús es el Salvador; Dios nos escucha y nos perdona siempre, entre otros.

También hubo momentos para el descanso y la tertulia.

Gracias a este “Despertar religioso” el 17 de noviembre 28 jóvenes recibieron el sacramento de la Confirmación y el 8 de diciembre, unos 84 niños sus Primeras Comuniones.

Fue realmente un espacio enriquecedor. Se evidenció cómo algunos niños y jóvenes, les pidieron a sus padres que les acompañaran en este proceso, por eso al finalizar las 10 sesiones, se les agradeció su dedicación a esta tarea de formarse en la vida cristiana para transmitir la fe a sus hijos.

Se entusiasmaron y algunos decían que “los padres han sido llamados a sembrar la buena semilla de Dios en el corazón de sus hijos y la tarea de sembrar comienza con la preparación del terreno”.

El “Despertar religioso” ha sido algo parecido “a preparar el terreno de la fe mediante la apertura del corazón de los niños y de los padres a la presencia amorosa del Padre Dios”, dijo otro.

Pidieron que el “Despertar religioso” fuera sostenible en el tiempo, porque cada año la población cambia. Se espera que el próximo año la convocatoria y la escogencia de los temas se organicen de acuerdo con el temario de la iniciación cristiana y el plan arquidiocesano en el año del Espíritu Santo.

San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, durante sus primeros años de ejercicio sacerdotal dictó catequesis a niños de las barriadas de Madrid y recordó en diversos momentos como un religioso escolapio, el padre Manuel Laborda de la Virgen del Carmen —el "padre Manolé", como le llamaban con afectuosa jovialidad los alumnos—, se ocupó de prepararlo. Y, en tanto llegara el tan esperado día de la Primera Comunión, le enseñó una oración que mantenía vivo su deseo: —«Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre; con el espíritu y fervor de los santos». Oración que, desde entonces, recitó con mucha frecuencia.

Las familias ibaguereñas, en definitiva, fueron muy receptivas, muy agradecidas y quedaron con el deseo de participar el próximo año en un curso de formación.

Joaquín Andrade