Servir nos abre el corazón

11 voluntarias, 9 de ellas estudiantes de la Universidad de La Sabana de distintas carreras, participaron en un trabajo social en Florencia, Caquetá, una zona largamente asediada por la violencia y los cultivos ilícitos

Por Aurora Pachano

El Centro Cultural Diagonal de Bogotá organizó una semana de trabajo social en Florencia, la capital del Caquetá, ubicada en la región amazónica de Colombia, una zona largamente asediada por la violencia y los cultivos ilícitos. Los Centros culturales promueven actividades para la formación humana, profesional y espiritual de las personas que acuden a los mismos de acuerdo con la espiritualidad del Opus Dei inspirada por Dios a San Josemaría Escrivá de Balaguer. A este Centro acuden principalmente estudiantes universitarias.

En esta línea, en los días de trabajo y formación, participaron 11 voluntarias, 9 de ellas estudiantes de la Universidad de La Sabana de distintas carreras.Las actividades que se llevaron a cabo giraron en torno a tres mensajes: amor propio o autoestima, esperanza y generosidad. Al grupo de jóvenes, las asistía espiritualmente un sacerdote de la Prelatura, con el fin de fortalecerlas en este sentido, pues nadie da lo que no tiene.

A través del Obispo de Florencia, Mons. Omar de Jesús Mejía Giraldo, las voluntarias tuvieron acceso al hogar femenino de adulto mayor San Judas Tadeo, donde residen 38 mujeres de entre 60 y 95 años; el hogar masculino San Vicente de Paúl donde viven 63 ancianos de entre 65 y 102 años; y al Colegio Altos de Copoazu, donde estudian alrededor de 400 niños de zonas rurales de Florencia, de bajos recursos, de familias extendidas y con gran cantidad de integrantes, que viven en medio de la violencia y la disfuncionalidad. Los niños son de 4 a 12 años y cursan los grados entre preescolar y quinto de primaria. Estas instituciones hacen parte del trabajo de pastoral social que adelanta la diócesis del lugar.

Las actividades que realizaron las voluntarias en los dos ancianatos estaban encaminadas a acoger, acompañar y escuchar a los adultos mayores. Al encontrarse ellos durante tanto tiempo en el mismo lugar y sentirse en situación de abandono, el principal interés del grupo de voluntarias era romper la rutina a la que están acostumbrados a través de juegos, bailes y, principalmente, conversaciones, de tal forma que tuvieran una mañana distinta y se sintieran escuchados. El grupo de voluntarias contaba con una médica, quien hizo algunas revisiones a los abuelitos que lo requerían, les recetó medicamentos según sus necesidades y les dejó algunas recomendaciones a los encargados de cuidarlos.

Trabajar con los ancianos fue un aprendizaje sin igual para las voluntarias, pues muchos de ellos vivieron en las calles, fueron adictos a las drogas o, en el caso de algunas mujeres, se dedicaron a la prostitución. Esto ayudó a las universitarias a romper con prejuicios sociales y a darse cuenta de la importancia de que con su profesión pueden servir a la sociedad. Una de ellas comentó: “el aprendizaje más grande hoy ha sido que servir nos abre el corazón. Son abuelas que pueden tener una cama o alimento, pero les hace falta cariño y ahora es el momento para agradecerles por la labor como mujeres hecha en su vida”.

El trabajo en el colegio, con los niños, fue igual de fuerte y gratificante. Se encontraron con niños violentados, abandonados o de familias disfuncionales, a quienes procuraron acoger con cariño y transmitirles los mismos valores de autoestima, esperanza y generosidad, que a los adultos mayores. Resaltaron la necesidad de conocerse y amarse para ayudar al prójimo. Les ayudaron a descubrir sus virtudes y que su forma de ser los hace únicos como personas y que así pueden aportar mucho a la sociedad.

Uno de los niños, estudiante grado tercero, comentó con agradecimiento: “me gustó que hayan venido desde tan lejos para compartir con nosotros y hacer cosas nuevas”. También les dijo que le agradaba haber decorado el salón con los dibujos que habían hecho, porque así podrían recordarlas.

Finalmente, fueron invitadas por los medios locales para entrevistarlas sobre la labor que desarrollaron del 1 al 7 de junio en Florencia. Primero, participaron en el noticiero de la emisora de la diócesis de Florencia en el que resaltaron el valor de darse a los demás y de promover espacios de formación y amor a comunidades que lo requieren. También, fueron invitadas al programa televisivo “Al día” del canal tv5 que tiene cobertura en toda la Amazonia de Colombia. Ambas experiencias, las voluntarias las recibieron con alago pues no esperaban que el trabajo hecho la difundieron en la región.

​Aurora Pachano