Por Victoria Cabrera.
Desde mediados del 2019, estoy viajando una vez al mes a apoyar la labor apostólica de Neiva, mi ciudad natal. Organizamos retiros espirituales cortos cada mes para madres de familia de los colegios, tanto masculino como femenino; también clases para mujeres que estén interesadas en formarse espiritual y humanamente. Estas reuniones siempre tienen un gran ambiente familiar en el que nos divertimos y pasamos muy bien.
Ante la situación de confinamiento preventivo, hemos procurado darles continuidad a estos medios de formación espiritual. Así es como, procuramos reunirnos a través de plataformas de video conferencia, los miércoles por la tarde.
Empezamos con una “Charla espiritual en tiempo de coronavirus”. Las personas de la Obra que viven allá se encargan de convocar a las asistentes, quienes suelen ser 40. Sin embargo, por problemas técnicos, a la charla virtual se conectan menos personas.
Al preparar la charla, procuro utilizar escritos que puedan ayudar a formar y fortalecer lucha interior, fortaleza, virtudes humanas, contextualizándolos al ambiente de Neiva, en las circunstancias que se están viviendo allá actualmente. Hemos tomado como ejemplo las homilías del Papa y las enseñanzas del fundador del Opus Dei sobre la confianza en Dios y su misericordia, que nos animan en circunstancias adversas o que nos transmiten paz: “Confío en ti, Señor”; “Me abandono en ti”; “Ayúdame en mi debilidad”. Estos mensajes nos ayudan mucho y siempre vienen bien.
La idea es continuar cada 8 días con las clases, mientras estemos en cuarentena, aprovechando estas tecnologías.