Medellín: Un Yerno, un trasteo, un molinillo…y unos Brownies

¿Cómo se prepara un brownie? ¿Cómo hacer que muchas familias se integren para prepararlos? ¿Se necesita un horno? ¿A qué temperatura debe estar? ¿Aceite vegetal o de oliva? ¿Cuántos huevos se requieren?

Por Mauricio Pérez

¿Cómo se prepara un brownie? ¿Cómo hacer que muchas familias se integren para prepararlos? ¿Se necesita un horno? ¿A qué temperatura debe estar? ¿Aceite vegetal o de oliva? ¿Cuántos huevos se requieren? Y decenas de preguntas más surgieron, luego de la determinación de hacer un encuentro virtual con amigos, Cooperadores y fieles de la Obra, pero, sobre todo, de integrar las familias que frecuentan las diversas actividades del Centro Cultural Astorga de Medellín.

La pandemia, con sus continuas cuarentenas estrictas, con múltiples medidas de bioseguridad, impide la realización de las tertulias y reuniones de formación que se programan constantemente en Astorga. Si bien la presencia física se ha detenido, la virtualidad ofrece múltiples oportunidades para continuar con la labor.

Felipe y Simón

Con ocasión del inicio del Año de la Familia y de la solemnidad de San José, el Prelado de la Obra nos invitó a cuidar de modo especial el propio hogar y también a salir al encuentro de otras familias y personas necesitadas.

Este año puede ser también una posibilidad de cuidar especialmente el sentido y ambiente de familia en los centros de la Obra y en las casas de todos mis hijos e hijas. A la vez, os animo a buscar maneras de preocuparnos de otras familias, de las personas necesitadas y de los pobres. Estoy seguro de que la iniciativa de cada familia encontrará modos creativos para ser, como deseaba san Josemaría, «sembradores de paz y de alegría”, escribió monseñor Ocáriz en su mensaje de marzo del 2021.

A lo largo de su vida, san Josemaría encontró múltiples dificultades: guerras, pandemias, repercusiones económicas y también su mismo estado de salud. Sin embargo, siempre hablaba de poner todo en las manos de Dios y descubrir que no estamos solos.

“La alegría, el optimismo sobrenatural y humano, son compatibles con el cansancio físico, con el dolor, con las lágrimas -porque tenemos corazón-, con las dificultades en nuestra vida interior o en la tarea apostólica. El, «perfectus Deus, perfectus Homo» -perfecto Dios y perfecto Hombre-, que tenía toda la felicidad del Cielo, quiso experimentar la fatiga y el cansancio, el llanto y el dolor..., para que entendamos que ser sobrenaturales supone ser muy humanos” (san Josemaría, Forja, 290).

Movidos por ese espíritu y para luchar contra las adversidades de la pandemia, con alegría y amistad nos propusimos realizar un brownie virtual.

Andrés, Lina y Raquel

Desde que comenzaron las cuarentenas, uno de nuestros propósitos había sido, fomentar las actividades familiares, procurando encontrar espacios de esparcimiento y diversión con los amigos, por los medios que ahora nos ofrece la tecnología. Sin duda en estas condiciones, pensamos, “nos es más difícil”.

Pero resultó que al poner en práctica la idea, encontramos la manera de hacerlo y resultó tan divertido y ameno como siempre.

Nos planteamos una tertulia, que involucrara a toda la familia, y que fuese una actividad muy amena, espontánea; en definitiva, muy familiar. Decidimos convocarlos un sábado en la tarde para hacer brownies virtuales, en compañía de toda la familia. Previamente, enviamos todos los ingredientes –bien identificados- y los empacamos en unas pequeñas cajas.

Un huevo

La mezcla de harina para brownie

Una botellita de Baileys con un par de copitas para brindar

Aceite

Azúcar pulverizada

Nueces del Brasil trituradas

Polvo de hornear

Papel siliconado para enmoldar

En la caja pegamos la receta, y las hicimos llegar a sus casas.

Rafael, desde Astorga, iba coordinando la reunión y con todo listo nos conectamos vía ZOOM. Después de saludarnos y comentar los últimos sucesos de cada familia, nos pusimos manos a la obra.

Hubo un “director de orquesta”, pero se iban rotando las instrucciones para lograr la meta de hacer los “famosos” brownies virtuales: que la verdad, eran solo una excusa para pasar un buen rato con las familias.

Carlos y familia

Luego de resolver las dudas más apremiantes que surgían, como: ¿y los que no tenemos horno? ¿Los que estamos de trasteo? ¿Los que no sabemos cocinar?, la tarea comenzó.

Sobra decir que lo pasamos realmente bien. Durante una hora y media reímos, compartimos y, sobre todo, hicimos un plan diferente con las familias.

Obviamente, no faltaron los inconvenientes e imprevistos: a Andrés, uno de los participantes, se le fue la luz en su casa por una falla general en su barrio, con lo que se quedó sin la opción del horno. Pero resolvió salir al patio de su casa y, en un asador, preparó brownies al carbón.

John estaba de trasteo. No quería perderse el plan y, ante la imposibilidad de poder utilizar el horno, resultó haciéndolos en una olla freidora sin aceite. Su parte de victoria al final fue: “ya armamos la cama, domamos un perro y también hicimos brownies”.

Mauricio y familia

A falta de batidora, John usó el “molinillo” con el que se bate el chocolate, con el obvio resultado de que la mezcla fue a parar a la blusa blanca que su esposa tenía puesta.

Mientras se horneaba los brownies, Carlos Arturo, Diana, su esposa, y Ángela María su hija, amenizaron el rato con la guitarra y unas bellas canciones. Todos participaron con un buen apunte, una anécdota, hasta comimos brownies y brindamos con una copa de Baileys.

Algo quedó claro: Todos saben compartir y divertirse, pero algunos, la verdad, son negados para la cocina.

Ya hemos tenido nuevos encuentros virtuales, y todo se dio con sabor a brownie.

Compartimos aquí un video con un resumen de esa esplendida tarde en familia y con familias.

Mauricio Pérez