En ruta hacia la JMJ, dice que espera tener “una experiencia inolvidable. No tengo duda de que así será. Además me gustaría conocer a otros jóvenes que están tan comprometidos con la Iglesia y llenarme de esperanza para después transmitir las lecciones aprendidas durante la JMJ. Mis amigas me han animado a viajar, han estado en alguna JMJ y dicen que es gasolina pura para el alma. Por supuesto, conocer al Papa es uno de mis mayores sueños”.
Luisa compatibiliza los estudios de Derecho con el impulso de un proyecto en las escuelas primarias para enseñar a los niños cómo prevenir accidentes de quemaduras. Tiene una gran pasión por el servicio a los demás: colabora con la Cruz Roja y le encanta visitar enfermos en los hospitales para darles una palabra de aliento.
Proceso hacia la fe
Luisa se emociona al recordar el grave accidente que sufrió y la crisis de fe que tuvo años después: “poco a poco concluí que lo que me había pasado no lo iba a cambiar y las miradas de la gente tampoco. Entonces con la ayuda de Dios, la familia y amigos, volví a la fe y empecé a comprometerme en actividades de ayuda a los demás”.
Nos cuenta su objetivo en Madrid: “quiero vivir más mi fe, arraigarme precisamente más en Cristo, saber que Él no solo está en la liturgia, en los sacramentos, en las misiones o en las catequesis, sino que está presente en mi día a día”.