Al año siguiente, el 17 de febrero de 1952 llega a Colombia el Padre Aurelio Mota , y en julio de ese mismo año el médico Angel Jolín. En 1953 llegan el arquitecto Luís Borobio y Pepe Albedea -estudiante de derecho-.
La labor confiada directamente por San Josemaría Escrivá a estos pioneros en Bogotá y Medellín, ya despuntaban las primeras vocaciones –Ignacio Gómez, Ernesto Diego Torres, Octavio Arizmendi, y las primeras residencias de estudiantes universitarios, como anticipo de lo que hoy es un conjunto abigarrado y multicolor de labores apostólicas, con un común denominador: afán de apostolado, espíritu de servicio y un fuerte dinamismo de santidad en la familia, en el trabajo cotidiano y en los diversos momentos de la vida ordinaria.
Las mujeres del Opus Dei llegaron algún tiempo después, el 15 de abril de 1954, por el puerto de Cartagena para posteriormente dirigirse a Bogotá Josefina de Miguel, María Adela Tamés, Tere Ivars y Concha Campá.
Desde Bogotá y Medellín la expansión continuó a Manizales, en mayo del 58; Cali, a partir del año 61; Cartagena a comienzos del 70; Barranquilla, en el 78, Bucaramanga en el 81. Actualmente se realizan viajes por parte de fieles de la prelatura a Pereira, Neiva, Santa Marta, Fundación, Valledupar y Villavicencio, donde se llevan a cabo las actividades espirituales y apostólicas propias del Opus Dei.
San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, estuvo de paso por Colombia el 15 de agosto de 1974, en el Aeropuerto El Dorado luego de un viaje por Ecuador.