En Soacha: La tradición de los sacramentos

29 niños recibieron los sacramentos de la Comunión y la Confirmación en la capilla del Colegio Integral Femenino en Soacha, Cundinamarca

Cada año, por la Fiesta de la Asunción, es un día muy especial para decenas de niños y niñas de Soacha, un municipio al sur de Bogotá.

Están felices y con gran expectativa. Se levantan más temprano que de costumbre. Sus padres también están presurosos y visten sus mejores galas.

Este día, 23 niñas y 6 niños que han hecho sus respectivas preparaciones, recibirán dos sacramentos: La Comunión y la Confirmación.

Soacha –con un poco más de un millón de habitantes—es también uno de las poblaciones con mayor cantidad de dificultades sociales. Desplazamientos por los distintos problemas de violencia del país, familias de reinsertados, desmovilizados y, desde hace 3 años, por miles de inmigrantes venezolanos. Pero es también el lugar de vivienda de miles de trabajadores de industrias y de diversas empresas, muchos son mujeres cabeza de familia, quienes también se desempeñan en vigilancia, construcción, ventas ambulantes, servicios generales y un sin número de tareas más.

La capilla del Colegio Integral Femenino recibe a los pequeños que se acomodan en las primeras filas. Sus padres, con cámara en mano, toman una y otra foto que quedará en el recuerdo. Esos vestidos blancos de las niñas lucen ese día, más resplandecientes. Lo niños, con su traje bien planchado, sonríen a cada instante.

Hace un poco más de 70 años doña Leonor Puyana de Bermúdez, con el ánimo de ayudar a la formación de las niñas del sector, conversó con los miembros de la Junta de Acción Comunal y con los habitantes de la zona, y fundó el Secretariado Social de Soacha. Hasta la fecha, más de 50 mil mujeres han pasado por sus aulas donde además de sus asignaturas académicas, reciben el título de bachillerato académico con énfasis en educación familiar.

Cuando doña Leonor conoció al Opus Dei quiso también que la dirección espiritual la adelantara la Prelatura y luego solicitó que la Asociación para la Enseñanza, Aspaen, les ayudara en la orientación académica. Hace unos años, el Secretariado cambió de nombre y se convirtió en el Colegio Integral Femenino.

Entre los programas fundacionales tenemos la preparación para los sacramentos de la Primera Comunión y la Confirmación a las alumnas y a los niños de la comunidad de la zona. Antes se preparaban los sábados y domingos, se hacía con el acompañamiento de la parroquia y con las profesoras del colegio. En las últimas dos décadas las niñas del colegio en grado 4o, se preparan durante las clases de Educación Religiosa y Moral, los externos, como los niños van desde febrero, un día a la semana por la tarde a recibir su catequesis, en un proceso formativo que va desde febrero hasta agosto y se determinó que la ceremonia fuera en la fiesta de la Asunción”, explica María Isabel Mateus, directora del colegio desde 2006.

Luego de la Eucaristía, tanto los padres de familia como sus hijos, participaron también en un ágape que ofrece el Colegio, con la colaboración de varios donantes.

San Josemaría, en sus escritos y reuniones, comentaba que era muy importante preparar a los niños para la primera comunión. Recordando la suya, decía: “Tenía yo entonces diez años. (23 de abril de 1912) En aquella época, a pesar de las disposiciones de Pío X, resultaba inaudito hacer la Primera Comunión a esa edad. Ahora es corriente hacerla antes. Y me preparaba un viejo escolapio, hombre piadoso, sencillo y bueno. Él me enseñó la oración de la comunión espiritual”.

En una reunión familiar del 14 de febrero de 1975 ante una pregunta sobre la confesión de los niños, san Josemaría Escrivá de Balaguer dijo: “Yo tengo sobre mi conciencia —y con orgullo lo digo— el haber dedicado muchos, muchos millares de horas a confesar niños en las barriadas pobres de Madrid. Hubiera querido irles a confesar en todas las grandes barriadas más tristes y desamparadas del mundo. Venían con los moquitos hasta la boca. Había que comenzar limpiándoles la nariz, antes de limpiarles un poco aquellas pobres almas. Llevad los niños a Dios, antes de que se meta en ellos el demonio. Creedme, les haréis un gran bien. Yo lo digo por experiencia, por experiencia de miles y miles de almas, y por experiencia mía personal”.