En Monte Verde el timbre no deja de repicar

Muchos de los profesores de hoy en día también llegaron a Monte Verde con el deseo de recibir ayuda profesional y mejorar su vida de fe. La tarea continúa porque el ánimo será el mismo y todo será para la gloria de Dios cuando se vuelva a escuchar: “Yo también quiero recibir los sacramentos”, porque ese timbre de Monte Verde nunca deja de repicar.

Catequistas con los alumnos de Monte Verde que este año recibieron los sacramentos

Los sábados, un poco después de las nueve de la mañana, en la sede del Centro Cultural y Deportivo Monte Verde, el timbre de la puerta no deja de repicar. Poco a poco van llegando jóvenes de diversos colegios del sur de Bogotá.

Los saludos van y vienen. Unos cuentan sobre sus hazañas en el partido de fútbol del jueves, otros comentan sobre lo bien que les va en álgebra, uno más manifiesta su deseo de ser arquitecto, otro más quiere ser Ingeniero, claro que también se habla de sus problemas, pero eso se hace en la intimidad de la conversación con los buenos amigos que allí se van consiguiendo. Son muchachos que participan en los programas “Juventus” y “Mejor Bachiller”, que tiene el Centro Cultural desde hace unos 30 años. Los demás días de la semana también hay sesiones, solo que, por el horario escolar, esos días son en las tardes, muchos jóvenes además de los cursos se benefician de la sala de estudio para hacer sus tareas y nivelarse con la ayuda de alguno de los tutores voluntarios que allí pueden encontrar.

Participantes del programa Mejor Bachiller sustentando su trabajo de grado

Otro grupo nutrido lo conforman las familias de esos chicos, papás y mamás con frecuencia pasan a saludar, a hacer un rato de oración en el Oratorio que hay en la casa, a hablar con el sacerdote que suele estar algunos días atendiendo a quien lo desee, a verificar que sus hijos estén aprovechando ese espacio que para ellos resulta muy valioso en su formación. Es común ver que desde la primera visita, las familias de los jóvenes se encariñan con el centro, por eso los fieles de la prelatura y los cooperadores que atienden esta labor al sur de Bogotá, además de los programas para los chicos, han tenido que implementar para las familias: “chocolatas para hablar de familia”, “escuelas de padres”, charlas de formación en valores para padres, cursos de familias que ayudan a otras familias, tertulias, asados y todo tipo de labores que siempre están sugiriendo los amigos de esa actividad.

Sesiones de formación a familias

Muchas veces la casa no da abasto con lo que se llama “labor total”, pues mientras en un piso de la casa hay una clase de ping pong, en el siguiente se puede encontrar un aviso que dice, “silencio, estamos en retiro”, o en “clase de alemán” o, en repaso de algebra o en muchas otras sesiones. La población flotante en el centro es de centenares de personas a la semana.

Cada año llegan nuevos participantes y sus familias, en un procedimiento muy sencillo. Muchos colegios de la zona quieren que sus alumnos reciban ese apoyo académico, así que envían a algunos de sus estudiantes que tienen deseos de llegar a la universidad, según el cupo que se establece, buscan también a quienes muestren un esfuerzo para obtener un cupo universitario y tengan más necesidad.

Gracias al apoyo de varias universidades ofrecemos un buen número de becas para la Educación Superior, que no se regalan, sino que los estudiantes se ganan con su esfuerzo académico. Se hace una invitación a los colegios, a los alumnos y entonces ellos envían a quienes pueden lograr este beneficio. Después de una entrevista con los estudiantes, se hace otra con los padres de familia explicando todo el proyecto”, explica Alberto, director del Centro.

Además de la formación académica, se brinda también un apoyo en valores humanos, ayuda espiritual y apoyo en sus deseos laborales para el futuro”, agrega.

En la cocina preparando pasabocas para compartir

Miles de jóvenes han pasado por el Centro Cultural y Deportivo Monte Verde, próximo a cumplir los 50 años.

Comenzó como una labor social anexa al Gimnasio de los Cerros en Usaquén. Allí llegaron, no sólo los estudiantes de la sección nocturna del colegio, sino también amigos y vecinos del barrio, de San Cristóbal, Lijacá y Cedritos. Luego el Centro pasó a una casa en Kennedy y posteriormente, en una ampliación, llegó a su actual sede, cerca del parque Mundo Aventura.

Muchos de quienes han participado en los diversos programas de Monteverde han regresado, ahora con sus hijos y sus nietos. Quieren que ellos también reciban esa formación cristiana, inspirada en las enseñanzas de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, quien dio ejemplo de trabajo con estudiantes y obreros de Madrid en sus primeros años de sacerdocio.

En una de las convivencias que se organizan durante el año


“Yo solía decir a aquellos universitarios y a aquellos obreros que venían junto a mí por los años treinta, que tenían que saber materializar la vida espiritual. Quería apartarlos así de la tentación, tan frecuente entonces y ahora, de llevar como una doble vida: la vida interior, la vida de relación con Dios, de una parte; y de otra, distinta y separada, la vida familiar, profesional y social, plena de pequeñas realidades terrenas”, recordó en su homilía “Amar al mundo apasionadamente”, pronunciada en 1968.

Las clases del programa de “Juventus” como de “Mejor Bachiller”, van desde: cómo administrar el tiempo, el estudio como futuro, cómo es el ingreso a la universidad, cómo elegir la mejor carrera, valores humanos, responsabilidad social, servicio al país y a la sociedad y una de ellas sobre la vida cristiana.

Después de hablar sobre la existencia de Dios, la vida de la Iglesia, el mensaje del Evangelio de Jesús, Osvaldo, uno de los profesores y coordinador de las actividades del Centro comenta: “En la vida de un cristiano es muy importante frecuentar los sacramentos, esos signos sensibles, accesibles a nuestra humanidad, a través de los cuales Cristo actúa y nos comunica su gracia”.

Deporte y estudio

Cada año a los participantes y a las familias se les ofrece vincularse a la catequesis para recibir los sacramentos. Desde Monte Verde se ayuda a la parroquia vecina a preparar a los niños de la zona para la Primera Comunión, por eso es común que algunos de los participantes a Monte Verde se unan a esa preparación, lo veteranos como profesores y muchos de los nuevos como alumnos para recibir algún sacramento.

Este año como es habitual, de esos jóvenes que llegaron, se les ofreció la opción y a varios se les escuchó decir “yo si quiero recibir los sacramentos”, y así fue, algunos deseaban bautizarse o recibir la Primera Comunión, la Confirmación, en algunos casos los tres. Ya preparados y con las bases sobre la fe requerida para recibir los sacramentos se unieron a la ceremonia que se realizó el 19 de noviembre en la parroquia San Clemente Mártir, aliada importante en esta labor de catequesis que se hace desde Monte Verde.

Al finalizar la ceremonia de confirmación el día 19 de noviembre

El párroco siempre dispuesto a ayudar animó a que los chicos de Monte Verde se unan al resto del grupo para recibir los sacramentos en la Fiesta del Patrón de la parroquia a finales de noviembre. “Podemos hacer un buen grupo con los jóvenes que preparamos acá y con otros que se preparan en una fundación. Total, serán unos treinta y tendremos una ceremonia especial”.

Es una labor que ha desarrollado el Centro Cultural y Deportivo desde su fundación: formar jóvenes académica y espiritualmente.

Algunos de los chicos que recibieron catequesis

Muchos de los profesores de hoy en día, también llegaron a Monte Verde con el deseo de recibir ayuda profesional y mejorar su vida de fe. La tarea continúa porque el ánimo será el mismo y todo será para la gloria de Dios cuando se vuelva a escuchar: “Yo también quiero recibir los sacramentos”, porque ese timbre de Monte Verde nunca deja de repicar.