En Cúcuta la primera Misa Solemne del Padre David Samudio

Después de sus correrías para formarse como sacerdote, ahora su primer trabajo pastoral será en la Universidad de la Sabana, donde se sumará al equipo de capellanes para atender esa labor corporativa del Opus Dei

Al finalizar un almuerzo con familia, amigos y personas de la Obra

Pasaron más de 8 años para que David Samudio volviera a Cúcuta, donde creció, estudió su primaria y su secundaria, en esa ciudad sus padres determinaron mudarse y desarrollar sus profesiones, aunque David había nacido en Bogotá.

Con el grado de bachiller a los 19 años viajó a Bogotá para estudiar Administración de Empresas en la Universidad de Los Andes. Pasaron unos semestres y un día un compañero de estudios le invitó a participar en un curso básico de cultura cristiana que impartirían en la misma universidad aprovechando los tiempos libres. “Me pareció interesante y fuimos tres estudiantes a esas primeras clases que nos daban, primero en un cubículo y luego en un pasillo o en una sala.

No sabía mucho de religión ni mucho menos del Opus Dei. Otro día me invitaron a una tertulia. Asistí puntual, pero, además, un sacerdote nos dio una meditación. Pasaron los meses y entonces vi claro que Dios me llamaba a ser del Opus Dei como numerario. Lo pensé, vi que era un llamado para el servicio de Dios y acepté”, cuenta ahora.

Cinco años después surgió la oportunidad de ir a Italia a estudiar Teología, Filosofía e Historia. Roma es una gran ciudad para crecer humana e interiormente. Después de tres años de formación, pasé a vivir a Pamplona, en España, donde adelanté mi licenciatura en Filosofía. Allí me planteé mi servicio como sacerdote. ¿Y por qué no? Si Dios me pide que le sirva de esta manera, pues lo haré”, continúa el P. David.

Con el p. Andrés y con el p. Miguel

Él comprendió lo que había dicho San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, en la homilía “Sacerdote para la Eternidad”. “Estos hombres que, libremente, porque les da la gana -y es ésta una razón bien sobrenatural- abrazan el sacerdocio, saben que no hacen ninguna renuncia, en el sentido en el que ordinariamente se emplea esta palabra. Ya se dedicaban -por su vocación al Opus Dei- al servicio de la Iglesia y de todas las almas, con una vocación plena, divina, que los llevaba a santificar el trabajo ordinario, a santificarse en ese trabajo y a procurar, con ocasión de esa tarea profesional, la santificación de los demás”.

Continuó con sus estudios en Pamplona y lo ordenó sacerdote monseñor Ricardo García, obispo de la Prelatura de Yauyos-Cañete-Huarochirí (Perú), el 21 de mayo del 2022. El prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz acompañó al grupo de nuevos sacerdotes durante la ceremonia y posteriormente se reunió con sus familiares y amigos.

Con mi hermana, mi cuñado, sus cuatro hijos (Elisa, Lucía, Vittorio, Ignacio) y el p. Gilberto.

Una pregunta que le surgió cuando preparaba su regreso a Colombia: ¿Dónde celebrar la primera Misa Solemne en el país? “Mis padres han sido determinantes en mi vocación y en mi servicio como sacerdote. Por esos días, cumplía años mi padre, de modo que le pedí a un amigo de mi hermano el favor de hablar con el párroco de la Iglesia del barrio de mis padres en Cúcuta para que nos concediera el permiso para la celebración, de buscar unos músicos y hacerse cargo de los demás preparativos.

Así lo hizo. Solo quedaba invitar a la familia que estaba presente, amigos de la familia, amigos del colegio, vecinos…”. No pensaba que fuera a acompañarlo tanta gente, pues hace ya varios años no reside allí, donde no hay, por ahora, centro del Opus Dei, aunque si labor que se atiende desde Venezuela.

Aquí estamos los tres celebrantes y el “ceremoniere”: p. Andrés, p. David, p. Gilberto y p. Miguel.

Fue emocionante para David sentir la compañía de su familia y amigos en un evento tan especial para su vida de sacerdote, cuenta que “Además, la Obra también mostró su cariño y cercanía conmigo, fue para mí una gran alegría ver como el padre Andrés Felipe –a quien conocía en mis años de estudiante en Bogotá—viajó cinco horas desde Bucaramanga donde vive y trabaja y otros dos sacerdotes –el padre Gilberto desde Cali y el Padre Miguel Fransceschi, desde San Cristóbal, Venezuela—ellos vinieron y concelebraron conmigo. Viajaron también los papás de Pedro Medina que se ordenó conmigo. Fue una gran sorpresa ver que desde San Cristóbal vinieron algunas familias, hombres y mujeres de la Obra que viajan cada mes para atender la naciente labor del Opus Dei Cúcuta. Me sentí más aún en familia”, manifiesta mientras sonríe por aquellos inolvidables momentos.

El nuevo sacerdote pensó en todo, menos en llevar suficientes camisas blancas para soportar las altas temperaturas de Cúcuta, lo que le obligó a usar algunas veces camisas negras durante su estadía. Un día hizo un recorrido por sus calles vestido todo de negro y los caminantes lo miraban extrañados.

Repartiendo la comunión

Pobre sacerdote con este calor y él con esa camisa negra”, pensarían, pero para él fue un motivo para entablar conversaciones con los lugareños.

--¿Padre, usted de qué parroquia es?

--No pertenezco al clero de esta diócesis, sino que soy sacerdote del Opus Dei. Acabo de llegar de España y estoy en Cúcuta porque aquí crecí. Vengo a saludar a mi familia y a celebrar mi primera Misa Solemne en Colombia.

Aún con la casulla puesta foto con mis amigos del colegio: Juan Carlos Bocanegra, yo, Polias, Diego Diaz

--¡Qué bueno padre! Yo viví en una residencia del Opus Dei en Bogotá, dijo una señora mayor.

--Mi hermano estudió en un colegio con la dirección espiritual del Opus Dei, comentó otra persona.

Y varios casos parecidos encontró en su camino.

--Padre, le preguntó uno más, ¿cuándo vendrá el Opus Dei a quedarse para siempre en Cúcuta?

--No lo sé, espero que pronto, pero por ahora reza por vocaciones, respondía el nuevo sacerdote, Administrador de Empresas, aspirante a doctor en Filosofía y que usa camisas negras bajo el abrasador sol de El Portón de la Frontera, nombre con el que también se conoce la ciudad,

Después de sus correrías para formarse como sacerdote, ahora su primer trabajo pastoral será en la Universidad de la Sabana, donde se sumará al equipo de capellanes para atender esa labor corporativa del Opus Dei.