El Ángelus con San Josemaría

Cuando llegaban las doce, San Josemaría, unido al santo Padre y a millares de cristianos en todo el mundo, se ponía de pie para recitar el Ángelus. Presentamos unos recuerdos de Álvaro del Portillo sobre este hecho.

Terminada la lectura del correo, rezaba el Angelus al mediodía. Constituía un momento importante de su jornada, porque además de ser una conversación filial con la Virgen, marcaba el tiempo en que su devoción eucarística cambiaba de signo: hasta entonces había pasado la mañana dando gracias a Dios por la Misa que había celebrado; a partir del Angelus comenzaba a prepararse para la Misa que celebraría al día siguiente".

(Entrevista sobre el fundador del Opus Dei)

Oraciones que siempre le asombraban

Mons. Javier Echevarría recuerda haberle acompañado “en el rezo de muchas oraciones vocales diarias: los quince misterios del Santo Rosario; el Angelus (…). Puntualizaba que a través de esas invocaciones habíamos de alimentar nuestra presencia de Dios, porque la oración vocal no es repetición de palabras, sino diálogo de amor. Y realmente rezaba con piedad esas devociones y las aplicaba a su vida interior, como refuerzo para mantener ardiente la hoguera del diálogo con el Señor.

A través del rezo del Avemaría, en la repetición del Dominus tecum ["El Señor está contigo"], profundizó en la inhabitación del Espíritu Santo en el alma de la Santísima Virgen. Removía a los que le escuchábamos la ternura con que pronunciaba "Madre de Dios", porque había descubierto la fuerza que se desprende de que la Madre de Dios sea nuestra Madre: ¡tuya y mía!, reiteraba. También repetía con clara entonación la palabra "ahora", pidiendo a la Santísima Virgen su intercesión en las necesidades que le ocupaban, o subrayaba "en la hora de nuestra muerte", pidiendo su auxilio para ese momento definitivo.

(Memoria de San Josemaría Escrivá de Balaguer)

Ángelus

V. El Ángel del Señor anunció a María,

R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.

Ave María.

V. He aquí la esclava del Señor,

R. Hágase en mi según tu palabra.

Ave María.

V. Y el Verbo se hizo carne,

R. Y habitó entre nosotros.

Ave María.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración: Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.

R. Amén.

Página web de San Josemaría, www.es.josemariaescriva.info