DisCamino: Que no te digan que no puedes

En 2009 Gerardo, un sordo-ciego de 31 años, hizo el camino de Roncesvalles a Compostela en un triciclo-tandem. Así surgió un grupo de voluntarios, que pedalean con sus copilotos de diferentes capacidades. En este doble año jacobeo han recorrido 2.900 kilómetros por distintas rutas del Camino de Santiago.

Moncho, un vigués del Opus Dei, se ha unido a este proyecto y explica cómo esta iniciativa supone además un apoyo y un respiro para las familias y los cuidadores.


DisCamino (discapacitados haciendo el Camino de Santiago) nació en agosto de 2009, por iniciativa de Javier Pitillas y del entusiasta Gerardo. Después de recorrer en triciclo-tandem, durante 30 días, los casi 750 kilómetros que hay desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela, Gerardo le pidió con fuerza a Javier: “Busca más personas con problemas como yo para hacer el Camino muchos años”. 

Ruta del Camino de Santiago: Roncesvalles a Santiago de Compostela
Ruta del Camino de Santiago de Roncesvalles a Santiago de Compostela

Esa petición marcó el arranque, “pero DisCamino no sólo es la ruta, es la preparación física y mental necesaria para llevar a cabo este reto; es el compañerismo que surge en los retos compartidos, es la ilusión de implicarse en algo que cambiará tu vida y la llenará de significado; es el día a día de muchas personas que, aunque nunca vayan a poder pedalear, tienen necesidad de algo, o de alguien, que les ayude o acompañe en su paso por este mundo”. Así lo resume uno de sus responsables.

Contribuir a la integración social de personas con diferentes capacidades

Ahora, voluntarios jóvenes y seniors comparten su tiempo de ocio en el programa de actividades de disCamino, cuyo objetivo es contribuir a la inclusión e integración social de las personas con diferentes capacidades, ofreciendo al mismo tiempo apoyo y respiro a los familiares y cuidadores de estas personas.

Las actividades son exclusivamente físicas, participando conjuntamente piloto-copilotos, sea cual sea la capacidad del copiloto, por sus limitaciones: parálisis cerebral, autismo, síndrome de Down, ataxia, esclerosis lateral, distrofia muscular, síndrome de Prader Willi, Síndrome Idic15, Síndrome de William, poliomielitis, Síndrome de Sturge-Weber, sordera, ceguera, etc.

El lema de disCamino es: ¡QueNoTeDiganQueNoPuedes! Con esta grafía que parece un grito, esa consigna aparece grabada en buena parte del material utilizado en las actividades de esta asociación. 

Para conseguir ese objetivo disponen de una dotación de equipos de movilidad simples y algunos más sofisticados: bicicleta tandem, triciclo, joelette, bici silla, handbike, bici electrica due, o bien equipos diseñados específicamente por nuestro mecánico Fernando. Todo ello conseguido gracias al empeño de los responsables de disCamino para lograr donativos y ayudas de las diferentes administraciones.

Semanalmente organizan salidas de 75 minutos, y cada piloto y copiloto seleccionan sus preferencias de día y hora. Estas rutas son por senderos o carreteras de los alrededores de Vigo y sirven para potenciar su movilidad y oxigenarse, favoreciendo la convivencia y el descanso.

51 días de pedaleo y el coraje de los copilotos

Además, durante el año, en cualquier estación, se organizan las diversas rutas por los caminos de Santiago, sea año Jubilar o no, en etapas de tres días, una semana, un mes e incluso más tiempo. 

La última experiencia larga han sido los 51 días de pedaleo durante este doble año Xacobeo 2021–2022, recorriendo 2.900 km por diversos caminos: Portugués, Ruta de la Plata, Mozárabe, Francés, el del Norte...

Las anécdotas de estos recorridos son innumerables y muy aleccionadoras por la valentía y el coraje de estos copilotos y por las conversaciones sobre cosas ordinarias y profundas de la vida, encontrándole sentido a las capacidades que Dios les ha concedido. Hay emotivas historias de lucha, tesón, sacrificio y entrega de los familiares de cada una de las personas participantes.

Cuando hablo con ellos y les veo disfrutar de esas horas de pedaleo, recuerdo las palabras de Juan Pablo II: “El sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo, para transformar toda la civilización humana en la civilización del amor”.