Por José Miguel Baquero
Muchachos, le dijimos con energía a los inscritos para la semana de trabajo. Vamos a la Hacienda La Esperanza, en Ginebra, Valle del Cauca, tierra de abundancia en caña, cuna de grandes deportistas como el arquero Miguel Calero y donde cada año se desarrolla el famoso festival del “Mono” Núñez, un concurso de los aires musicales andinos. y además estaremos a la sombra de grandes ceibas, samanes –como los que salen en las monedas de quinientos pesos—chiminangos y cañafístulas.
--¿Qué son cañafístulas?, preguntó uno de los más inquietos por esta convivencia de 5 días, organizada por el Centro Cultural Palogrande y Aspaen Horizontes de Manizales, instituciones orientadas espiritualmente por el Opus Dei. Hubo que acudir a la investigación para responder con propiedad que se trata de un árbol de la región, natural de América Central, y del Caribe Colombiano que se utiliza para el tratamiento de enfermedades del pecho y como bebida con muchas propiedades nutritivas.

Fue una semana de estudio, charlas, tertulias, deporte, conversaciones sobre liderazgo, paseos, cultura, conocimiento de la región, visitas a museos, aprendizaje de historia y participación en actividades sociales.
La tarea en la cual nos involucramos –alumnos y directores—tenía también buscar respuestas para la pregunta: ¿cómo transformar la sociedad y descubrir el talento y la vocación de cada estudiante para servir a la sociedad?

El viernes visitamos Fundaser, una iniciativa de terapia ocupacional para jóvenes con distintos tipos de discapacidad, que impacta sobre varias decenas de familias de ascendencia campesina que no tendrían acceso a la educación y al trabajo digno sin este tipo de oportunidad. Los muchachos quedaron gratamente sorprendidos de esta iniciativa y Juan Sebastián mencionó “que esto había cambiado su esquema de ver el mundo y las necesidades de los demás”.

Invitamos a dos ingenieros amigos que trabajan en Cali que compartieron de manera muy amena los acuerdos de empatía, estrategias para eliminar todas aquellas creencias heredadas que nos limitan y sustituirlas por otras que responden a nuestra realidad interior y nos conducen a la libertad. También desarrollamos talleres sobre los principios fundamentales para la toma de decisiones de los adolescentes y los hábitos de los estudiantes altamente efectivos.
El sábado visitamos la Casa Museo de Chuchú o de Walter Belalcázar, un literato, custodio de antigüedades, fotógrafo y bohemio de Santa Elena, sitio ícono de la cultura vallecaucana y Bien de Interés Cultural del patrimonio nacional, como es conocido mundialmente el lugar por haber sido la fuente de inspiración de la novela cumbre del romanticismo latinoamericano: María, de Jorge Isaacs, del siglo XIX.

En la tertulia de la noche el P. Jaime nos contó un poco de la historia de su vocación y cómo quiso a través de su profesión servir a los demás como ingeniero electricista; ahora lo hace como sacerdote acercando a las almas a Dios.
A pesar de no tener grandes habilidades musicales aprovechamos la noche del sábado para hacer karaoke y disfrutar de la variedad de gustos de los jóvenes y no tan jóvenes.

Fue una experiencia enriquecedora para recargar fuerzas y volver a Manizales con nuevas energías: seguir transformando la sociedad empezando por nosotros mismos, transmitiendo lo aprendido a los compañeros del colegio y a otros amigos, y seguir aterrizando tantas ideas de emprendimiento y solidaridad en nuestra ciudad y en nuestro entorno inmediato.
Como decía San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, e inspirador de todas estas iniciativas apostólicas, “No tengáis miedo al mundo: somos del mundo y, unidos a Dios, si vivimos nuestro espíritu, nada puede dañarnos. (nº 1' 'Cartas I' de Josemaría.)