Por Becky Bayona
Hace 4 años comenzamos a ir un sábado al mes a Caracolí, un barrio del sur de la ciudad, para hacer actividades con los niños cuyas familias asisten a la Parroquia Santa María de Caná. Queríamos llevarles un poco de alegría y formación humana y cristiana.
Han pasado muchas cosas desde entonces...: personas que van unos meses y luego, por alguna circunstancia, no pueden volver; niños que viven un tiempo en el barrio y luego se cambian de casa; un sacerdote con mucha iniciativa que deja paso a otro con el mismo entusiasmo y entrega por su comunidad; celebraciones de Navidad donde amigos y conocidos, con gran generosidad, nos han donado entre 150 y 300 regalos para los niños; sesiones donde los pequeños han hecho su propio rosario y han aprendido a rezarlo; clases de refuerzo escolar de matemáticas e inglés; juegos de coordinación motora como “ponle la cola al burro”; y un sinfín de anécdotas de lo que hemos aprendido al dar un poco de nuestro tiempo para esta actividad y personas que han descubierto su vocación al servicio a los demás.
Al anunciarse la Cuarentena en nuestro país, Laura, que es exalumna del Gimnasio Iragua y va con nosotras a Caracolí desde el inicio, tuvo la idea de recoger fondos para que el sacerdote de la Parroquia pudiera ayudar a las familias más necesitadas, pues, sin poder trabajar, se quedarían sin ingresos.
Todas apoyamos la idea y Laura hizo una primera pieza gráfica para enviar a todas las que hemos participado en las actividades en estos años. Poco a poco, fuimos recibiendo respuestas. Cristina dio un primer aporte. Luego se sumaron Ángela, que es Cooperadora, y Marian, que conoce la Obra hace varios años, quien además de ayudar, habló con sus compañeros de trabajo que, a su vez, hicieron donativos.
Hace unos meses, Laura con un amigo, exalumno del Gimnasio de Los Cerros, comenzó una iniciativa que se propone poner en contacto a personas que quieren servir o trabajar como voluntarios en entidades que necesitan ayuda. Ellos decidieron incluir esta campaña en sus redes sociales. Así fue como “Conciencia Colectiva” adoptó esta idea de recoger fondos para mercados en Caracolí. Gracias a su ayuda, ya se han recibido dinero y alimentos donados por una conocida panadería de la ciudad.
El dinero recogido se consigna al Banco de Alimentos de Bogotá que hace llegar los mercados a la Parroquia y el sacerdote, con sus colaboradores, los lleva a las familias más necesitadas. En la primera semana pudo entregar 70 mercados, luego fueron 130 y deseamos continuar con esta campaña mientras dure la crisis por el Covid-19.
Esperamos con ilusión poder volver a la Parroquia. A todas nos hace falta ir y más ahora que sabemos que los niños están pasando por momentos difíciles.
