Ajá, ¿Y tú también vas de retiro espiritual a Pueblo Bello?

La labor apostólica del Opus Dei en Valledupar y las zonas circundantes, La Paz, Bosconia, Villanueva o Fonseca sigue creciendo.

Ricardo y Luis llegaron hacia el mediodía a la terminal de transportes de Santa Marta. No encontraron tiquetes para el viaje a Valledupar y les informaron que el próximo autobús saldría a las 5 de la tarde.

--¡Qué lío!, dijo Ricardo. Mientras Luis respondió que él también debía estar en la capital del Cesar, intentaron en varias empresas, pero nada había antes de las 5 de la tarde; este aplazamiento alteraba un poco sus planes.

De todas formas, retornaron muy puntuales al finalizar la tarde y emprendieron el viaje de 5 horas y 40 minutos para cruzar los 290 kilómetros de distancia entre Santa Marta y Valledupar. Llegaron a su destino y cada quien buscó hospedaje por su cuenta porque al otro día debían viajar para Pueblo Bello.

Justo a las siete de la mañana, en un parque de Valledupar, volvieron a encontrarse Ricardo y Luis.

--Otra vez nos volvemos a ver.

--Así parece, ajá, ¿y es que tú también vas de retiro espiritual a Pueblo Bello?, preguntó con su acento Fundanense Luis. --Sí señor, contestó Ricardo.

Rieron y se presentaron. Los dos participan en actividades del Opus Dei, Ricardo en Santa Marta y Luis en Fundación, pero por trabajo acaba de trasladarse de ciudad; no obstante estaban allí de camino para un retiro de tres días.

A los pocos minutos llegaron otros 18 acompañantes. Unos arribaron a pie, otros fueron llevados por sus esposas y sus hijos que los despedían con bendiciones y así emprendieron el viaje hasta Pueblo Bello, uno de los municipios que tiene la Sierra Nevada de Santa Marta y que está localizado a una hora de distancia de Valledupar y ubicado a 1.100 metros de altura sobre el nivel del mar y que brinda un fresco descanso del promedio de 38 grados de temperatura de los valduparenses.

Hace unos años comenzaron las visitas de miembros del Opus Dei a Valledupar. Llegaron desde Fundación o Barranquilla en unas ocasiones y otras desde Bogotá. Poco a poco aparecieron amigos de municipios cercanos como La Paz, Bosconia, Villanueva o Fonseca que fueron conociendo las actividades de la Obra, le cogieron cariño a su labor apostólica y a todas las enseñanzas de San Josemaría Escrivá de Balaguer.

En el 2016, luego de la necesidad de tener un retiro anual en un lugar que brinde la comodidad a los participantes, encontraron en la familia Mestre la disposición para prestar y adecuar el Hostal San Francisco en Pueblo Bello. ¿Qué más se podía pedir?

Es un lugar donde la vegetación, el clima, el aire y el silencio brindan la ocasión para dedicar unos días a la oración y a la reflexión, imitando a Nuestro Señor cuando se apartaba con sus discípulos para charlar y dar consejos más propios a quienes después serían los encargados de propagar la fe por el mundo. Así también lo enseñó San Josemaría y lo escribió en el punto 177 de Surco:

Días de retiro. Recogimiento para conocer a Dios, para conocerte y así progresar. Un tiempo necesario para descubrir en qué y cómo hay que reformarse: ¿qué he de hacer?, ¿qué debo evitar?

Y en efecto esa fue la actitud de cada uno de los participantes que tomaron sus notas de las charlas y meditaciones para luego reflexionar, conversar con el sacerdote profundizando algún tema de fe, vida cristiana, valores humanos, virtudes, apostolado, iglesia, amor a Dios o a la Virgen.

LOS HIJOS DE LA PROVINCIA DE PADILLA

Cada año – desde hace ocho ediciones-, El Hostal San Francisco es adecuado por don Alfredo y doña Sonia para el curso de retiro de veinte personas, llegadas de Santa Marta, Bosconia, Fundación, Magangué y claro está Valledupar que es el foco de este retiro en Pueblo Bello.

Un quiosco en el centro del hostal permitió además de las charlas del retiro, contemplar las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Valledupar es una zona de mucha devoción mariana; es además, la tierra del festival vallenato: una canción muy conocida en el mundo es “La gota fría” de Emiliano Zuleta Baquero, que habla de su contienda con su amigo Lorenzo Morales, en la que recuerda la importancia de Nuestra Señora: “En mis notas soy extenso/ a mí nadie me corrige/ para tocar con Lorenzo/ mañana sábado, día de la Virgen”.

El padre Lope Carvajal viajó desde Santa Marta a dirigir espiritualmente el retiro y contribuyó con sus meditaciones a la reflexión, además de estar disponible para el sacramento de la confesión. Es, en términos generales y en esencia, el retiro de Pueblo Bello, el mismo que se hace en el Líbano, Nueva York, Barcelona, México o la Patagonia, Ibagué, Dubái... donde lo que impera es el esfuerzo personal e individual de cada participante por acercarse más a Dios.

Es seguir lo que enseñó San Josemaría, el fundador del Opus Dei:

¡Hijo de mi alma! Si tú, en estos días de retiro, piensas despacio lo que te dicen los hermanos tuyos sacerdotes que dirigen las meditaciones; si haces un examen serio, definitivo, de tu vida pasada; si concluyes con el propósito ¡firme! de procurar vivir en oración, de buscar la conversación amorosa con el Amor eterno; te aseguro que llegarás a ser lo que el Señor desea de ti: un alma que da consuelo y que es eficaz a la hora del apostolado. (punto 8 'En diálogo con el Señor')

La labor apostólica del Opus Dei en Valledupar y las zonas circundantes, sigue creciendo y al momento de la despedida don Alfredo, el dueño del hostal San Francisco, se entusiasmó con la actividad del retiro al ver a 20 profesionales rezar, asistir a misa, meditar, pedir por la paz del mundo y de sus corazones, que prometió: “Para el retiro del año entrante tendremos construida una capilla para mínimo 50 personas”.