Actividad social de Monteverde. Visitas a la periferia en Bogotá

Labor de promoción de la juventud en la Localidad de Kennedy, Bogotá, con programas de formación integral y para el aprovechamiento del tiempo libre.

Por: Guillermo Romero Salamanca

Colaborar con la distribución de unas galletas y mermeladas, repartir unos dulces a los niños, caminar por las amarillentas calles repletas de polvo y olvido y visitar algunas viviendas de familias de escasos recursos, se convirtieron en una experiencia de vida para Robinson y Esteban, dos estudiantes que frecuentan Monteverde.

Este centro cultural es una entidad privada y sin fin de lucro, que orientan algunas personas del Opus Dei en el sur de Bogotá y que nació bajo el impulso del Beato Álvaro del Portillo en 1977. Desde allí se ha venido realizando una labor de promoción de la Juventud en la Localidad de Kennedy, con programas de formación integral y para el aprovechamiento del tiempo libre.

Robinson y Esteban participan en los programas “Juventus” y “El Mejor Bachiller” que orienta el Club y en los cuales, además de sus clases y conversaciones de formación, deben cumplir al menos con 60 horas de actividades sociales.

Un sábado emprendieron la caminata a uno de los barrios más afectados por la violencia, el abandono y con múltiples problemas sociales: viviendas informales, sin servicios públicos, altos índices de desempleo, localizado en la localidad de Ciudad Bolívar.

Para llegar allí debieron viajar en un jeep que iba atestado de cajas para repartir entre las familias más necesitadas, luego encontrarse en una vivienda que sirvió de almacén momentáneo y luego caminar por el soleado día, entregando unos dulces que se tenían para esta oportunidad a decenas de niños que salían a su paso.

Los muchachos de Monteverde, como los llamaban sus habitantes, conocieron también las incomodidades en las cuales viven decenas de familias en casas fabricadas con pedazos de madera, trozos de latas, palos de todos los tamaños y con tejas que, por sus años de uso, dejan pasar no solo el agua, sino también el frío nocturno.

Visitaron a una anciana que vive recluida en su casa desde hace varios años, pasaron por el lote donde un desplazado construye su casa, vieron los avances de unas construcciones mejoradas y dialogaron con personas del sector.

Lo vivieron, eso sí, con alegría.

“Se convirtió en una experiencia de vida, de ver que hay otras personas que sufren y padecen múltiples necesidades”, comentó Alfredo Velásquez, director de Monteverde.

Desde hace muchos años, el Club Monteverde realiza estas visitas a distintos sectores de la ciudad, siguiendo el ejemplo que diera san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.

“Con estas visitan no se trataba, ni se trata, de resolver un problema social, sino de acercar a la gente joven al prójimo necesitado, para que vieran a Jesucristo en el pobre, en el enfermo, en el desvalido, en el que padece la soledad, en el que sufre, en el niño. Así aprenderían que hay que hacer una gran batalla contra la miseria, contra la ignorancia, contra la enfermedad, contra el sufrimiento”, decía san Josemaría.

El Fundador del Opus Dei veía claro que “este contacto con la miseria o con la humana debilidad es una ocasión de la que suele valerse el Señor, para encender en un alma quién sabe qué deseos de generosidad y divinas aventuras. A la vez, sensibiliza a los más jóvenes, para que tengan siempre entrañas de justicia y de caridad”.

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Guillermo Romero Salamanca