Entrega de ropa nueva a las internas de la cárcel

“Mi trabajo como voluntaria en el Banco de Ropa dio un vuelco cuando pasé de ordenar unas bodegas, a coordinar el proyecto que entrega ropa a las internas de la cárcel”. Josefina Arenas, 20 años, estudiante de medicina.

Josefina, al centro, junto a los gendarmes y voluntarias del proyecto de entrega de ropa en la cárcel.

“Conocí el Banco de Ropa por una invitación de María Ignacia Moreno, directora ejecutiva, quien necesitaba voluntarios para ordenar las bodegas y entregar tenidas a personas en situación de calle. Me gustó el proyecto: siempre participé en ollas comunes y en visitas a ancianos con el Colegio Huelén, pero nunca me había detenido a pensar en la importancia de la ropa para las personas que no tienen nada. El vestir con dignidad es algo tan básico y en este caso valoran mucho que sea ropa nueva.

Mi trabajo como voluntaria dio un vuelco con un proyecto de entregar ropa a las internas de la cárcel. Pensamos hacerlo una vez. Pero vimos que había 600 reclusas y nosotros sólo logramos llegar con 60 tenidas. La necesidad era inmensa. Se hicieron gestiones con el Ministerio de Justicia y la Mujer para facilitarnos el acceso a las cárceles de San Miguel y Santiago 1 y así pudimos hacer un catastro con los nombres y tallas de cada una y empezamos a hacer visitas y entregas periódicas.

Ha sido una experiencia completamente nueva conocer realidades tan difíciles. Recuerdo una mujer que me dijo que no recibía una visita hace más de seis meses, u otra que solo tenía una muda de ropa y con esto le cambiaba la vida, me señalaba.

Con este trabajo me ayuda a poner los pies en la tierra y me motiva a invitar a muchas amigas a sumarse.

En la entrega de las bolsas individualizadas para cada interna.