Una fiesta en toda la Tierra

El nacimiento del Hijo de Dios es una fiesta para todos los hombres. Un texto de san Josemaría sobre la Natividad nos ayuda a introducir testimonios recibidos en estos días desde Tierra Santa, Argentina, Nigeria, Filipinas, Italia y México.

EL NACIMIENTO DE JESÚS. "Santo Rosario", de San Josemaría Escrivá. “Se ha promulgado un edicto de César Augusto, y manda empadronar a todo el mundo. Cada cual ha de ir, para esto, al pueblo de donde arranca su estirpe”. JERUSALÉN: Nader Muckbel, Accountant graduated por la Bethlehem University. “Vivir en Tierra Santa ayuda a imaginar las escenas del Evangelio y entender mejor el paso de Jesús entre nosotros: la anunciación a María y a los pastores es una llamada a cada uno de nosotros; ver a San José afanado buscando un lugar en el que pueda nacer el Niño nos recuerda que ahora nos toca a nosotros preparar su llegada a nuestros corazones. 

Ojalá que no contemplemos estos misterios de lejos, como algo pasado, como extraños. Ojalá que sepamos reaccionar con la misma prontitud y entrega que Nuestra Señora y que San José dando a Jesús lo mejor que tengamos aunque sea muy pobre e indigno”. 

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“Como es José de la casa y familia de David, va con la Virgen María desde Nazaret a la ciudad llamada Belén, en Judea” ITALIA: Fabio Dolores, ingeniero. "El viaje de José y María, con Jesús aún en su seno, concluyó en Belén, en un establo. En Italia, en un pequeño pueblo llamado Grebbio, San Francisco de Asís reprodujo en 1223 por vez primera esa escena. 

Desde entonces, ¡cuántas personas han contemplado a Jesús envuelto en pañales! ¡cuantos niños se han acercado a ese Dios que se ha hecho pequeño! Uno de mis hijos me dijo hace poco: “Papá, ¿por qué Jesús no fue siempre niño? ¿era tan necesario que muriese?”.

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“Y en Belén nace nuestro Dios: ¡Jesucristo!” SUECIA: Dagny Fransson, librera. “En la secularizada Suecia muchos no saben qué se celebra en Navidad. Se pierden, por tanto, la profunda y verdadera alegría que el Niño Jesús trae consigo. Yo intento explicarlo a las personas con las que me encuentro en mi trabajo en una librería en Estocolmo. 

Recuerdo un día que una joven madre entró en la tienda: buscaba un libro para su hija de 4 años; un libro que explicase quien era Jesús y contase su nacimiento en la noche de Navidad. Me contó que en la guardería de la niña habían puesto un Belén, pero no habían explicado lo que significaba. La niña hacía muchas preguntas que había que contestar. Como tenemos muchos libros infantiles sobre Jesús, pudimos resolver su problema”.

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“No hay lugar en la posada: en un establo”. MÉXICO: Rodolfo Castellanos Estrada, empresario de cosméticos y padre de familia. “En México realizamos las tradicionales “Posadas”: es una representación teatral del paso de María y José por Belén. “Aquí no es Mesón, sigan adelante”, dicen los que imitan a los posaderos al grupo que acompaña a la Sagrada Familia. Finalmente, revelan quién pide cobijo: “El Rey del Universo: que va a nacer”. Entonces, los de dentro, les aceptan: “Entren Santos Peregrinos…”. 

Yo he pensando en estos días que nuestras celebraciones de las posadas están llenas de colorido, de alegría, de amor, de fe y esperanza. En mi familia, el pensar en aquella negativa para nuestro Salvador y en la necesidad de descanso para nuestra Madre, nos lleva a ofrecer humilde y alegremente nuestro corazón, nuestra casa”.

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Y su Madre le envuelve en pañales y le recuesta en el pesebre (Luc. II, 7). Frío. —Pobreza. FILIPINAS: Nel Baluda, estudiante de Masters en Geología en la Universidad Estatal de Filipinas. “Muchas veces, las personas que sufren la pobreza son ejemplarmente generosas con lo poco que tienen. En Manila (Filipinas), hay bastante pobreza. Un día fui con dos estudiantes de bachillerato a visitar a un hombre que vive con sus 3 hijos en un carromato. Recogen y venden botellas de plástico, con lo que ganan 3 $ al día. Así, pueden tener dos comidas al día, de arroz con pescado salado. El padre siempre recuerda a sus hijos que no se deben avergonzar por vivir de esa forma, mientras vivan una vida virtuosa. 

Tiempo atrás, un chico pasó llorando junto al carromato de aquel hombre. Él le preguntó que qué le pasaba y el chico contestó que lo habían expulsado de su casa ese mismo día. Se apiadó del chico y lo adoptó inmediatamente. El chico en cuestión era uno de los 3 que allí vivían”.

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Soy un esclavito de José. —¡Qué bueno es José! —Me trata como un padre a su hijo. ARGENTINA: Eduardo Ziman, abogado. “Aunque en Argentina no hace mucho frío en Navidad, siempre me gustó mucho centrarme en la figura de San José. De repente, Dios lo pone ante la misión de cuidar de su pequeño hijo, de cobijarlo, de atenderlo... La situación no es fácil: José podría haber esperado que Dios le facilitara un poco las cosas, que le abriera camino, que le prepara un buen lugar. Sin embargo, no se revela. Pone todo de sí, aunque la situación es paradójica. San José es mi puerta de entrada al Belén”.

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¡Hasta me perdona, si cojo en mis brazos al Niño y me quedo, horas y horas, diciéndole cosas dulces y encendidas!... Y le beso —bésale tú—, y le bailo, y le canto, y le llamo Rey, Amor, mi Dios, mi Unico, mi Todo!... ¡Qué hermoso es el Niño...! NIGERIA: Dora Uzo, madre de cinco niños y enfermera. “Los nigerianos tenemos el ritmo en el cuerpo. Casi sin quererlo, creamos música con las manos y los pies. Nos gusta transmitir todos nuestros sentimientos en canciones. Cantamos cuando estamos alegres, cuando estamos en paz, y también cuando queremos reconocer a Dios como padre. Por eso somos un pueblo alegre. 

También a los africanos nos gusta compartir, aunque tengamos pocas cosas. ¡Cuánto bailaremos y cantaremos por el Niño Jesús! ¡A Él, a nuestro Rey, le daremos todo lo nuestro, y nuestra alegría será completa”.