Un tesoro escondido en Recoleta

El Policlínico El Salto, ubicado en la comuna de Recoleta del Gran Santiago, atendió a su primer paciente en octubre del año 1960. En la actualidad, este establecimiento cuenta con nuevos profesionales en psiquiatría y psicología, lo que ha supuesto un gran beneficio para la comunidad de ese sector.

Un magnolio en flor recibe a los pacientes que recurren esperanzados a pedir ayuda psiquiátrica y psicológica al Policlínico el Salto.

El Policlínico El Salto, fundado hace 58 años bajo el impulso de Mons. Adolfo Rodríguez Vidal, primer sacerdote del Opus Dei que llegó a Chile, muestra un aspecto novedoso en la atención de salud mental, tanto psiquiatría como psicología. “Debido a la alta demanda que existía desde hace tiempo, este año decidimos aumentar el número de especialistas y pusimos en marcha un nuevo plan para mejorar la gestión administrativa: se regularizó el protocolo de ingreso de cada paciente, su ficha de asistencia y registros. Actualmente contamos con un equipo de 15 psicólogos de diversos enfoques, lo que ha favorecido entregar una atención más personalizada, según el tipo de consulta y de tratamiento que requiera cada persona. Esto ha permitido disminuir las listas de espera y que haya un mayor flujo de pacientes.

La respuesta no se hizo esperar. Actualmente atienden a 21 niños provenientes del Colegio San Juan Diego, Hellens College y Santa Teresita de Jesús de los Andes

Con el fin de brindar un mejor servicio a la comunidad nos pusimos en contacto con tres establecimientos educacionales de la zona, para que derivaran al policlínico, con el consentimiento de sus padres, a los alumnos que requirieran un diagnóstico especializado”, relata Chantal Duhalde, Directora de El Salto.

La respuesta no se hizo esperar. Actualmente atienden a 21 niños provenientes del Colegio San Juan Diego, Hellens College y Santa Teresita de Jesús de los Andes. “Soy una admiradora de la Salud Pública”, recalca Chantal, quien piensa que esta iniciativa es un buen complemento a la labor que se realiza en los centros públicos de salud.

Hellens College: “Para nosotros ha sido una gran tranquilidad”

El Colegio Hellens College, ubicado en Avenida Independencia, es un establecimiento con 1.100 alumnos, cuyas problemáticas son similares a las de los demás colegios del país: niños hiperactivos, muchas veces asociado a la falta de sentido de autoridad, adolescentes con síntomas depresivos y, en el caso de los que cursan Educación Media, algunos experimentan episodios de violencia en el pololeo. Lucía Díaz, psicóloga del colegio, afirma que la periodicidad de atención del policlínico es muy útil a la hora de hacer terapias efectivas: “Actualmente tenemos 14 alumnos que comenzaron el proceso allí. El balance es positivo y me da confianza, sobre todo cuando se trata de casos más complejos. Además, tiene un costo asequible para las personas del entorno, lo que permite una mayor adherencia a los tratamientos. Me da tranquilidad que nuestro colegio haya puesto a sus alumnos en buenas manos, porque veo un trabajo constante, comprometido y eficaz. Sin desmerecer la labor que también se hace en el sistema público, el servicio que presta el policlínico nos favorece mucho”.

Lucía Díaz, psicóloga del colegio Hellens College, en su despacho.
Colegio San Juan Diego: “Entrar a un entorno de paz otorga mayor seguridad y confianza a los pacientes”

Camila Vega, actual psicóloga del Colegio San Juan Diego y ex alumna del mismo, habla del principal problema que debe atender: niños que, por los extensos horarios de trabajo de sus padres, están la mayor parte del día solos o al cuidado de su abuelita o del hermano mayor. “Esta circunstancia se refleja en las notas o en el comportamiento de los alumnos. Los niños ven poco a sus padres durante los días de semana, por las extensas jornadas laborales y los tiempos de traslado de sus lugares de trabajo; hacen un ratito de vida de familia y llega la hora de acostarse. Por otro lado, al igual que en todo el país, la adicción es una realidad, por lo que tener un convenio con El Salto ha significado un gran aporte. Las psicólogas del policlínico tienen contacto directo con las familias y las profesoras del colegio. Los alumnos que han sido tratados y sus padres se han manifestado muy satisfechos”. A la hora de narrar casos de superación, Camila continúa: “Quisiera relatar un caso puntual, el de una alumna que repitió de curso y que tenía problemas para relacionarse con sus compañeras. Gracias a su terapia ha tenido un cambio muy positivo. Actualmente se lleva bien con sus compañeros y tiene buenas notas. Lo mismo está ocurriendo con un alumno que está viviendo el duelo de la muerte de su padre”.

Camila Vega, psicóloga del Colegio San Juan Diego, perteneciente a la Congregación de Los Legionarios de Cristo.

Fundación ConTRABAJO: “Nunca habían tratado a mi hijo así”

En Chile, gracias a la Ley 21.015 de Inclusión Laboral, promulgada en abril de este año, las empresas deben tener un 1% de su plantilla con personas discapacitadas. La problemática está en que para que el empleo sea sostenible en el tiempo, no basta solo contratar y proveer los apoyos necesarios, sino que es fundamental hacerse cargo de un déficit que va más allá de la ley. En concreto, la salud mental de las personas con discapacidad cognitiva.

María José López, Directora Ejecutiva de la Fundación ConTRABAJO se encarga de ayudar a las personas con discapacidad a insertarse bien laboralmente: “Nos dimos cuenta de que el 70% de nuestros postulantes necesitaba atención en salud mental, por lo que conocer el servicio que El Salto presta en esta área significó un valor enorme para nosotros”. Cuenta el caso de Mario (43), quien vivió una verdadera odisea: había sido diagnosticado equivocadamente de esquizofrenia y tomaba un medicamento que lo paralizaba. El cambio inesperado de medicación generó una serie de crisis para regular su organismo.

La madre del paciente estaba tan conmovida que comentaba emocionada:´Nunca en mi vida habían tratado a mi hijo así, con ese cariño y dedicación´.

En este contexto, intervino el equipo del Policlínico, y tras 6 meses de tratamiento, Mario volvió a trabajar: “Esa historia no la cuentas en casos de discapacidad cognitiva en países pobres. No la cuentas, ni siquiera en familias acomodadas, pues cuesta mucho sacarlos adelante de las crisis -relata María José- quien asegura que la madre del paciente estaba tan conmovida que comentaba emocionada:´Nunca en mi vida habían tratado a mi hijo así, con ese cariño y dedicación´. Para eso se necesita la disposición humana y la capacidad de compromiso de alguien que te diga: ´creo en ti,creo en tu familia, creo en tu mamá, y por eso vas a salir adelante´. Esta experiencia la encontré en el policlínico”, recalca.

María José habla incluso de un milagro: “En la Fundación ConTRABAJO necesitábamos con urgencia encontrar a alguien del ámbito de la salud que quisiera ser parte de esta comunidad de apoyo centrada en la persona. Por eso, para nosotros tiene un valor enorme trabajar de manera colaborativa con el policlínico, pues vemos en ellos profesionalismo, calidad humana y una actitud de profunda preocupación por las necesidades de la gente. De alguna manera, fue un milagro conocer el Policlínico El Salto”, sentencia.

María José López, directora Ejecutiva de Fundación ConTRABAJO, al centro de la primera fila, junto al equipo que ayuda a empresas y a personas con alguna discapacidad contratadas en ellas, a tener un desempeño laboral exitoso.