Sofía es una reconocida voluntaria y cuidadora de ancianos en situación de vulnerabilidad de la región. El año 2016, se encontró afuera de la Iglesia de La Matriz con un grupo de jóvenes que la ayudaron a trasladar unos materiales para un hogar de menores. Así nació una amistad que ha perseverado hasta hoy.
Cada sábado, pase lo que pase, un grupo acompaña a Sofía a recorrer los cerros de un Valparaíso oculto, donde encuentran a ancianos olvidados, que viven en medio de la soledad y la pobreza, aquejados por enfermedades. Sofía, que es un ejemplo de liderazgo femenino, junto a los jóvenes de Viloalle recorren las habitaciones de abuelos para compartir un café, preparar el almuerzo, realizar algún arreglo doméstico, dialogar de la vida y finalmente ver el rostro de Cristo en quien más lo necesita.