La figura de San José como Padre en la acogida es lo que más lo inspira en los desafíos que le toca enfrentar. Tiene muy en cuenta esa cualidad que ha destacado el Papa Francisco: “no buscó atajos, sino que afrontó ‘con los ojos abiertos’ lo que le acontecía”.
Para Nicolás Román (55), vicedecano Económico y profesor de Contabilidad y Finanzas en la Universidad de los Andes desde hace más de 11 años, ahí está la clave para enfrentar el día a día. Su ejemplo de gran protector es lo que él busca como esposo, papá, académico y amigo. “Hay que preguntarse: ¿cómo acoge San José? Lo que hace es contemplar el misterio y luego resolverlo. Si queremos imitarlo, así hay que proceder. Corresponde preguntarse ¿cómo recibo la Providencia, aunque a veces cueste verla?, ¿de qué manera podemos ser muy felices hoy?”.
Dar sentido a cada día en la familia
Cuando Nicolás se casó con Pilar Ureta hace casi 25 años, soñaban con tener una familia grande. Tras muchas dificultades nació María José, que hoy tiene 22 años. “Todo es distinto a como uno planifica. Estábamos maravillados y agradecidos con ser padres de esta niñita. Y la vida nos tenía preparada una sorpresa: dieciséis años después nació María de los Ángeles. Volvimos a ser papás y para nosotros fue como tener otra vez una hija única, porque la mayor ya casi salía del colegio. Dos años después, una nueva sorpresa: llegó a nuestra familia Nico (4), que nació con Síndrome de Down”, relata Nicolás.
“Acoger tiene que ver con ponerse en los zapatos del otro, con entregar respuestas que procuren el bien de esa persona, darle esperanzas”
Durante todo el embarazo se prepararon para su venida. “Al principio es un desafío que uno cree que lo limita, porque constantemente quería tener este rol de padre protector y solucionador de problemas”, explica Nicolás. Sin embargo, se dio cuenta que debía encontrar el sentido de esto, para aceptar y acoger la voluntad de Dios de la mejor forma. “Solo puedo decir que ahora trato cada día de ser muy feliz y, así, de hacer ‘felicísimos’ a los demás. Para mí, como cristiano, ganar el cielo es sacar provecho a cada día, y así darle sentido a la vida en este gran teatro del mundo”.
Nicolás explica que, para él, “acoger es tener una disposición habitual de estar siempre abierto a las necesidades de los demás, aunque muchas veces cueste. En primer lugar, con Pilar y luego con los hijos, para entregarles, especialmente a mi Nico, todo el cariño que se merecen. Hay que ser muy proactivo e ingenioso, para transformar los momentos difíciles y salir juntos adelante. Así se es, como dice el Papa de San José, «un protagonista valiente y fuerte»”.
“Trato cada día de ser muy feliz y, así, de hacer ‘felicísimos’ a los demás”
Entre tablas y aulas
Nicolás es un aficionado al teatro. Ha actuado en diferentes obras realizadas en la Universidad de los Andes y, además, lleva años vinculado a la Corporación Cultural Cluny, donde también ha participado en varios montajes. “A través de esta expresión artística y de la representación de un personaje, es posible entregar un mensaje y ayudar a los demás”, explica. Actualmente cursa un diplomado de estudios teatrales; lo que lo tiene -por ahora- alejado de las tablas.
Y en este ‘gran teatro del mundo’ –como señala–, Nicolás también cumple un ‘rol’ en su actividad académica de vicedecano y profesor, en que busca vivir y hacer presente esa característica de San José como ‘Padre en la acogida’. “Muchas veces llegan alumnos con situaciones complicadas en las que necesitan