“Había dejado de ir a la Iglesia y realmente me hacía falta, era una parte que necesitaba llenar”

Para Helianes Segovia, recepcionista de la Clínica de la Universidad de los Andes, la preparación para el sacramento de la Confirmación le ha dado la fuerza necesaria para enfrentar su enfermedad.

Al mismo tiempo que inició el tratamiento por su enfermedad, Helianes comenzó a prepararse para su confirmación. Aquello fue una luz en su camino pues le dio la fuerza para seguir con esperanza.

Helianes Segovia, 43 años, venezolana, recepcionista de la clínica, encontró una luz en su camino cuando conoció a la persona que la prepararía para confirmarse. “Juanita (Huneeus) llegó en el momento indicado, cuando necesitaba mucha fuerza”, asegura. Hace casi un año le descubrieron una metástasis ósea, y si bien ha respondido bien al tratamiento que consiste en radiación, medicamentos y cuidados paliativos para el dolor, no hay cura. “Yo soy muy activa y cuando supe de mi enfermedad, me pusieron un freno de mano. Me sentía sola y vulnerable. Justo cuando empecé el tratamiento, conocí a la señora Juanita, una supernumeraria que me ha dado luz en todo esto que estoy viviendo. Yo había dejado de ir a la Iglesia y realmente me hacía falta, era una parte que necesitaba llenar”, confiesa.

Helianes en su trabajo y junto a algunos colegas.

El estar tomada de la mano de Dios, le significó a Helianes recibir una fuerza inigualable para enfrentar su enfermedad. “Antes, cuando pensaba que algún día ya no iba a estar, me deprimía. Todo este proceso me ha dado la fortaleza necesaria para saber que, como estoy haciendo ahora las cosas, puedo estar en plena paz. Soy capaz de pensar en esa idea sin tristeza y con tranquilidad. Una calma obtenida –asegura– gracias a la mayor profundidad espiritual de la Confirmación.

Helianes Segovia junto a sus tres hijos. "Antes, cuando pensaba que algún día ya no iba a estar, me deprimía. Hoy, puedo pensar en esa idea sin tristeza y con tranquilidad."

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