“Con Dios al lado ya no te sientes perdida”

Camila Osorio, coordinadora de admisión y cuentas de la Clínica de la Universidad de los Andes, dice que desde que tomó la decisión de confirmarse siente una tranquilidad que no la abandona.

Cuando Camila llegó a trabajar a la clínica lo que más le llamó la atención fue la actitud de servicio que había y el sentido espiritual que se le daba al trabajo diario.

Camila Osorio, 35 años, se define como una persona muy trabajadora. Sin embargo, nunca le dio un sentido más profundo a sus quehaceres y responsabilidades hasta que llegó a trabajar a la clínica, donde aprendió que una forma de mostrar el amor al prójimo es a través del trabajo. “Yo soy muy inquieta, física y mentalmente, estoy todo el día corriendo y pensando, y no le hallaba mucho sentido a lo que hacía, hasta ahora”, explica. Esta nueva visión, más espiritual, dio pie a vivir y experimentar la fe a través de la propia realidad, en el día a día.

Además de la trascendencia del trabajo, hubo otra cosa que le llamó la atención de la clínica y que no había visto en otros lugares. “Sentí que las personas que ahí trabajan siempre estaban dispuestas a ayudar, a servir, y eso se refleja en el trato al paciente, la preocupación por las personas y trabajadores. Vi que ponían en práctica el espíritu del Opus Dei y que tenían una forma de ser muy auténtica. Eso me encantó”, confiesa.

Si bien varias veces Camila había visto el mail de invitación para prepararse para recibir sacramentos, fue ver ese sentido espiritual que se le daba al trabajo diario lo que la hizo decidirse: “Respondí el correo y escribí que ni siquiera estaba bautizada. Me dijeron que no había problema. Lo encontré súper lindo, porque era algo que hacía tiempo quería hacer. Ahora era el momento de dar el paso”, agrega.

Antes de confirmarse, Camila se preparó para el bautismo, confesión y primera comunión.

Igual que otros confirmandos, Camila contó con la compañía de Elizabeth Valdebenito, supernumeraria, que la preparó para recibir los sacramentos. “Además de aprender mucho de la fe cristiana, la Eli me dio consejos súper específicos, ayudándome mucho en mi vida personal. Una vez estaba preocupada por algo de la oficina y justo ese día hablamos de la templanza. Me llegó como anillo al dedo. Todas las enseñanzas que ella me daba me servían en cada una de las cosas que estaba viviendo. Ha sido muy bonito el proceso”, cuenta. Las reuniones que sostuvo con Elizabeth para prepararse para el bautismo, la confesión, la primera comunión y la confirmación, así como la disponibilidad de los sacerdotes de la clínica, la han hecho sentirse parte de una gran comunidad. “Estoy aprendiendo que la Iglesia es mi familia también y que puedo contar con ella como guía. Me siento en confianza”, dice.

El Bautismo lo celebró el padre Padre Luis Joannon.

La preparación del sacramento también trajo milagros en su propia familia. “Mi hermano menor (18) tampoco está bautizado y, viéndome en esto, le entró la curiosidad. Me preguntó hartas cosas, que por qué había tomado esta decisión y si creía en Dios. Yo le dije que sí. Hoy los jóvenes cuestionan todo y pienso que yo le mostré algo distinto al darle mi punto de vista; él me ve grande y se da cuenta de que estoy tomando una decisión consciente e informada. Además, ve los cambios en mí”, cuenta. También recibió el apoyo de su madre, quien estaba muy contenta de que hubiese tomado una decisión tan libremente, y la de sus compañeros de trabajo y jefatura.

Colegas, amigos y familiares acompañaron a Camila en este gran día.

Para Camila dar este paso significó mucho “porque yo sabía muy poco”, dice. Desde que tomó la decisión de confirmarse siente que tiene una tranquilidad que no la abandonó más. “Desde que empezamos con la Eli lo único que he sentido es más sabiduría, más valor, incluso yo misma siento que soy una persona más cálida. Cambié de una forma muy positiva”, confiesa. Cuando se está cerca de Dios, asegura, se está en paz consigo mismo. “Muchas veces uno se siente perdido, con Dios al lado ya no te sientes perdido nunca”, dice.

El obispo auxiliar de Santiago, Mons. Cristián Castro, realizó la ceremonia de Confirmación..

Confirmarse fue para ella “el culmine de un proceso muy hermoso de mi acercamiento a la Iglesia, a Dios y de reconocer mi fe. Fue realmente hermosa la ceremonia”, cuenta.

Acompañada de Elizabeth Valdebenito, madrina de bautizo, y Marcela Piñeiro, madrina de confirmación.

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