¿Qué hacer por Siria?

Este sábado, 7 de septiembre, el Papa Francisco ha convocado a toda la Iglesia a orar y ayunar por Siria. Frente a este llamado hemos querido compartir con ustedes la columna de opinión que ha publicado el Pbro. Sergio Boetsch Matte, Vicario Regional del Opus Dei, en apoyo del mensaje del Romano Pontífice.

  En una Plaza de San Pedro con fieles ansiosos de oír su palabra, el papa Francisco recurrió al mandato de Cristo resucitado, cuando dijo a sus discípulos: “Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las naciones”, para insistir imperativamente: ¡”Vayan”, salgan de ustedes mismos, de cada cerrazón para llevar la luz y el amor del Evangelio a todos, hasta los extremos periféricos de la existencia…!”.

Se trata de un llamado del Romano Pontífice que urge a cada una y a cada uno de los hombres de buena voluntad, no sólo a los cristianos, a vivir este sábado 7 de septiembre del Año de la Fe de una forma especial.

En esta oportunidad ir “hasta los extremos periféricos de la existencia” de los que él habla y que a veces pueden parecer un desafío inalcanzable y difícil de vivir, consisten en algo muy concreto: dedicar hoy, víspera de la fiesta de la Natividad de Santa María, al ayuno y a la oración por  Siria. Es decir, por la paz en esa nación, en Medio Oriente            –nuevamente amenazados– y en el mundo entero.  

No se trata, así, de ser meros espectadores, sino de considerar personalmente qué puedo hacer yo por la paz en ese país. Cada uno en su ambiente, tratamos de ser “sembradores de paz y de alegría”. Pero en este caso, que por la distancia nos puede parecer algo lejano, la llamada del Papa Francisco es un modo concreto de acercarnos y ayudar todos juntos a través de la oración y el ayuno. Recordando a los discípulos que le preguntan a Jesucristo el por qué, a diferencia de Él, no han sido capaces de expulsar un demonio. "Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno " (Mc 9,29).

            Las palabras del Papa Francisco una vez más han sido clarísimas: “Jamás el uso de la violencia lleva a la paz”.

Y no se trata de hacer cosas raras. A esa jornada de ayuno y oración incluso se pueden sumar los niños. ¿Cómo? Es la misma Santa Sede la que da la pauta: "las imágenes que han dado la vuelta al mundo y las continuas trágicas noticias interpelan nuestro corazón, nuestra inteligencia, nuestra fe”, entonces los padres "no tengan miedo de proponer a sus hijos una comida austera y mínima; será motivo para explicarles lo que está sucediendo en el mundo y cómo estos hechos terribles no nos pueden dejar indiferentes. Junto a la dureza de la crónica, no olviden comunicarles la esperanza de la paz ofrecida por Cristo Resucitado, que nos ha reconciliado con el mundo no con gestos violentos y de venganza, sino con el don de sí mismo".

Se puede invitar a los abuelos y ancianos a esta comida, hecha con poco alimento y muchas palabras; si alguno de ellos ha experimentado momentos de guerra, puede contar lo que significa vivir bajo las bombas y en la incertidumbre del mañana y cómo rezaban en esos días.

Así, cada hombre y cada mujer de buena voluntad puede pedir a Dios Todopoderoso “por las familias de Siria, por los niños que mueren cada día por odio y por hambre, por los gobernantes llamados a encontrar soluciones de paz y no violentas”. Rezar siempre es eficaz y Dios Padre no deja de acoger nuestras peticiones. Y nuestra Madre Santa María, Reina de la Paz, intercederá por nosotros en el día de su Natividad.

Pbro. Sergio Boetsch Matte, Vicario Regional del Opus Dei