Primer Cónclave del Tercer Milenio

115 cardenales de 52 países, que representan a los cinco continentes, dan inicio al Cónclave que elegirá al próximo sucesor del apóstol Pedro.

El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, ha informado acerca del desarrollo del cónclave durante un encuentro con los periodistas.

A las 10 de la mañana, en la basílica vaticana, se ha celebrado la Santa Misa "para la elección del Romano Pontífice", el 264 sucesor de Pedro, es decir, el 265 Papa de la historia. El cardenal Joseph Ratzinger, decano del colegio cardenalicio, presidió la ceremonia, que tuvo lugar en la basílica vaticana, que fue concelebrada por los 115 purpurados electores. Asistieron a la celebración eucarística cardenales no electores, así como obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y laicos presentes en Roma.

En la homilía, el cardenal Ratzinger, comentando la primera lectura del libro del profeta Isaías, en la que el Mesías, hablando de sí mismo dice que ha sido enviado a "promulgar el año de misericordia del Señor, un día de venganza de nuestro Dios", dijo que "estamos llamados a promulgar -no solo con las palabras, sino con la vida y con los signos eficaces de los sacramentos el año de misericordia del Señor". Refiriéndose al "día de venganza de nuestro Dios", afirmó que el Señor "ha ofrecido un comentario auténtico a estas palabras con su muerte en la Cruz".

"La misericordia de Cristo -continuó- no es una gracia barata, ni supone banalizar el mal. Cristo lleva en su cuerpo y en su alma todo el peso del mal, toda su fuerza destructiva. (...) El día de la venganza y el año de la misericordia coinciden en el misterio pascual, en Cristo muerto y resucitado. Esta es la venganza de Dios: El mismo, en la persona del Hijo, sufre por nosotros".

En la segunda lectura, tomada de la carta a los Efesios, San Pablo habla de la "medida de la plenitud de Cristo", a la que "estamos llamados para ser realmente adultos en la fe. No deberíamos seguir siendo niños en la fe, de menor edad. ¿En qué consiste ser niños en la fe? Responde San Pablo: significa ser "zarandeado por cualquier corriente doctrinal. ¡Una descripción muy actual! Cuántos vientos de doctrina hemos conocido en estas últimas décadas, cuantas corrientes ideológicas, cuantas modas de pensamiento. (...) La pequeña barca del pensamiento de muchos cristianos ha sido agitada con frecuencia por estas ondas, llevada de un extremo al otro, del marxismo al liberalismo, hasta el libertinaje; del colectivismo al individualismo radical; del ateísmo a un vago misticismo religioso; del agnosticismo al sincretismo, etc... Cada día nacen nuevas sectas y se cumple lo que dice San Pablo sobre el engaño de los seres humanos, sobre la astucia que tiende a llevar al error. Tener una fe clara, según el Credo de la Iglesia, se etiqueta a menudo como fundamentalismo. Mientras el relativismo, es decir, el dejarse llevar "aquí y allá por cualquier viento de doctrina' parece la única actitud a la altura de los tiempos que corren. Toma forma una dictadura del relativismo que no reconoce nada que sea definitivo y que deja como última medida solo al propio yo y a sus deseos".

"Nosotros, sin embargo, tenemos otra medida: el Hijo de Dios, el verdadero hombre", subrayó Ratzinger. "El es la medida del verdadero humanismo. 'Adulta' no es una fe que sigue las olas de la moda y la última novedad: adulta y madura es una fe profundamente enraizada en la amistad con Cristo. (...) Debemos hacer madurar esta fe adulta, y debemos guiar el rebaño de Cristo hacia esta fe. Solo esta fe crea unidad y se realiza en la caridad. (...) En la medida en que nos acercamos a Cristo, también en nuestra vida, verdad y caridad se compenetran".

El decano del colegio cardenalicio comentó a continuación el Evangelio de San Juan, en el que el Señor dice: "Ya no os llamo siervos... sino que os he llamado amigos". Cristo nos "otorga su confianza" y "nos confía su cuerpo, la Iglesia. Confía su verdad en nuestras débiles mentes, en nuestras débiles manos. (...) Nos ha hecho amigos suyos, y nosotros, ¿cómo respondemos?", preguntó.

Tras recordar el discurso en el que Jesús habla de dar fruto: "Os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca", el purpurado dijo: "Debemos sentirnos animados por esta santa inquietud: la inquietud de dar a todos el don de la fe, de la amistad con Cristo. (...) Hemos recibido la fe para donarla a los demás, somos sacerdotes para servir a los demás. Y tenemos que dar un fruto que permanezca. Lo único que permanece en la eternidad es el alma humana, el ser humano creado por Dios para la eternidad. El fruto que permanece es lo que hemos sembrado en las almas humanas -el amor, el conocimiento; el gesto capaz de tocar el corazón; la palabra que abre el alma a la alegría del Señor. Por tanto, pidamos al Señor que nos ayude a dar fruto, un fruto que permanezca".

El cardenal Ratzinger concluyó pidiendo "con insistencia al Señor, sobre todo en este momento, para que tras el gran don del Papa Juan Pablo II, nos dé nuevamente un pastor según su corazón, un pastor que nos guíe al conocimiento de Cristo, a su amor, a la verdadera alegría".

Juramento de los cardenales

Por la tarde, a las 16,30, comenzará la procesión de los cardenales electores, que saliendo del Aula de las Bendiciones llegará a la Capilla Sixtina. Podréis seguir este rito en directo por televisión.

El juramento de todos los cardenales electores tendrá lugar en la Capilla Sixtina. El cardenal decano leerá la fórmula de juramento, y posteriormente, cada cardenal pronunciará su nombre y poniendo la mano sobre el Evangelio, dirá: "Prometo, me obligo y juro". Estos días se ha hablado con frecuencia del vínculo de secreto para la elección del Papa. De todos modos, recuerdo que esta es solo una parte del juramento. Antes que nada se jura observar lo prescrito en la Constitución Apostólica "Universi Dominici Gregis" y después se jura -y leo- "que quien por disposición divina, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a desempeñar fielmente el munus Petrinum de Pastor de la Iglesia universal".

Después del juramento, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias intima el "extra omnes" y quien no participa en el cónclave abandona la Capilla Sixtina. Solo se quedan el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas y el cardenal Tomas Spidlik, para la meditación, y una vez terminada, también ellos dejarán la Sixtina.

Horario de los cardenales durante el Cónclave

Navarro-Valls ha señalado que los cardenales seguirán el siguiente horario:

A las 7,30 de la mañana, celebración o concelebración de la Santa Misa en la "Domus Sanctae Marthae". A las 9,00 se encontrarán ya en la Capilla Sixtina. Allí rezarán las laudes de la Liturgia de las Horas e inmediatamente después tendrán lugar las votaciones según el ritual prescrito (dos votaciones por la mañana y dos por la tarde). Por la tarde las votaciones comenzarán a las 16,00. Al final de la segunda votación se rezarán las vísperas.

Después de las dos votaciones de la mañana y de las dos votaciones vespertinas, las papeletas y los eventuales apuntes de los cardenales se quemarán en la estufa preparada dentro de la Capilla Sixtina. Por tanto, como horario puramente indicativo, las fumatas podrían tener lugar hacia las 12 y hacia las 19 horas (siempre que la elección del Papa no tenga lugar durante el primer escrutinio de la mañana o de la tarde, caso en que la fumata se anticiparía). De todas formas, está previsto que al mismo tiempo que la fumata blanca señala la elección, toquen también las campanas de San Pedro.

"Conocéis muy bien las indicaciones de la constitución apostólica Universi Dominici Gregis por lo que se refiere a las votaciones", declaró el portavoz vaticano. "El quorum válido para la elección del Papa, es inicialmente de dos tercios. Después de tres días de votación sin elección, habrá una jornada sin votaciones dedicada a la reflexión y la oración. Pasado ese día se reanudarán las votaciones a lo largo de siete escrutinios eventuales a los que seguirán otra jornada de reflexión, otros siete escrutinios, otra pausa y otros siete escrutinios. Después de lo cual se decidirá, por mayoría absoluta, cómo proseguir, o sea por sufragio con mayoría absoluta o con el balotaje entre dos candidatos. Esto siempre que se llegue al 33 o 34 escrutinio sin resultados positivos.

Por lo que se refiere a la primera votación, se decidirá después de la entrada en el cónclave, si es el caso de efectuarla ya en la misma tarde del lunes 18 de abril.

El ámbito del cónclave comprende la Domus Sanctae Marthae y la Capilla Sixtina. Los cardenales podrán recorrer a pie, o si alguno lo prefiere en autobús el trayecto que costea el camino detrás de la basílica vaticana. Naturalmente no habrá personas a lo largo del recorrido. Los accesos al patio de San Dámaso se precintarán. Durante los días que dure el Cónclave, los turistas no podrán subir a la cúpula de la basílica ni entrar en los jardines vaticanos. En cambio los peregrinos podrán visitar la tumba de Juan Pablo II durante el horario de apertura de las grutas vaticanas.

Vatican Information Service