"Hablar de Dios y de las cosas de Dios": libro con mensajes de san Josemaría en Chile

En la Universidad de los Andes se realizó la presentación de un nuevo libro con mensajes de san Josemaría en nuestro país, que se publica en el marco de los 50 años del viaje que realizó el fundador del Opus Dei a Chile y otros países de Latinoamérica, en 1974.

Las editoras del libro, María Teresa Álamos y María José Lecaros, junto al padre José Miguel Ibáñez.

En la ocasión conversaron las editoras con el padre José Miguel Ibáñez, quien recordó anécdotas del viaje que el fundador del Opus Dei hizo al país hace 50 años. También, el rector de la Universidad de los Andes animó a pensar en cómo hacer vida este mensaje de santidad para aportar al país durante el próximo medio siglo.

El libro se llama “Hablar de Dios y de las cosas de Dios”, tiene 144 páginas, y recoge fotos y frases dichas por el santo en los encuentros que tuvo con jóvenes y fieles del Opus Dei. Estas reuniones, llamadas “tertulias”, básicamente eran un ping-pong de preguntas hechas por el público, las que eran respondidas por san Josemaría.

La presentación del libro consistió en una conversación entre las editoras, María Teresa Álamos y María José Lecaros, junto al padre José Miguel Ibáñez, quien compartió anécdotas de este viaje, que en varias ocasiones hicieron reír al público presente.

Para ver la presentación completa, aquí.

Entre otras cosas, el p. Ibáñez destacó que san Josemaría vino a Chile principalmente “a hablar de Dios por el gran corazón de padre con el que nos quería”. Recordó también que el contexto en esos años era complejo, pero que el viaje fue familiar, pastoral. “Vino a confirmarnos en la fe de la Iglesia”, dijo.

A su vez, aclaró que san Josemaría “nunca dijo una palabra de sociología, política, economía, porque como sacerdote eso no era lo suyo”. Resaltó su forma de hablar, que era optimista a pesar de las dificultades de la época, y que tenía una fuerza única con la que se dirigía a los distintos públicos. “De paso nos dejaba a nosotros con esa fuerza con que hablaba de las cosas de Dios, encendidos en propósitos de ser mejores. Dejó una huella muy profunda”, remarcó.

El libro se llama “Hablar de Dios y de las cosas de Dios”, tiene 144 páginas, y recoge fotos y frases dichas por el santo en los encuentros que tuvo con jóvenes y fieles del Opus Dei

Por su parte, el vicario del Opus Dei en Chile, el padre Álvaro Palacios, señaló que el libro pretende “recuperar esas raíces fecundas que san Josemaría trajo, que son esas palabras que dijo especialmente pensando en los chilenos. Fue un punto de inflexión en todos los apostolados, en las vocaciones, gente que se entusiasmó a entregar su vida a raíz de este mensaje de santidad en medio del mundo”. Dijo que la fe es un tesoro que ilumina, que permite mirar el mundo, sus desafíos y circunstancias nuevas, con esperanza.

José Antonio Guzmán, rector de la Universidad de los Andes, p. Álvaro Palacios, vicario del Opus Dei en Chile, p. José Miguel Ibáñez Langlois, M. Teresa Álamos y M. José Lecaros

Complementando lo anterior, el rector de la Universidad de los Andes, José Antonio Guzmán, rescató que la invitación de san Josemaría “a soñar, a pensar en grande y por amor a Dios en qué más hacer por esta sociedad chilena; fue una semilla muy poderosa que después germinó”. Fue un gran impulso para iniciativas que ya había como el Policlínico El Salto y la Escuela Agrícola Las Garzas y para otras que surgieron: residencias universitarias, nuevos colegios en Santiago y en otras ciudades, la Universidad de los Andes, la Fundación Nocedal, la Clínica, entre otras.

“Esto pasó hace 50 años, pero tenemos que pensar en los próximos 50. No se trata de una reliquia histórica que tenemos que contemplar con nostalgia, sino más bien un desafío que nos interpela a hacer mucho más todavía por este país”, concluyó.

Mentalidad de sano

El viaje fue exigente para san Josemaría por su estado de salud.

“En las mañanas él amanecía bien, con fuerza, buena cara. Ya a mediodía y al atardecer se empezaba a ver su cansancio, que aumentaba a medida que avanzaba la tarde, lo que era muy delicado, porque las tertulias con más público, con 400-500 personas, eran a última hora. Y uno pensaba: ‘pero si está tan cansado, ¿cómo va a hacer?’. ¿Qué pasaba? Que a la vista de la gente, de ‘almas’, se crecía. Entonces, resulta que a las 7 de la tarde, podía estar como a las 7 de la mañana, lleno de fuerza y de expresividad”, recuerda el p. Ibáñez.

Catalina Irarrázaval, Jorge Sarquis, Ignacio Bulnes

Estando en el país, al santo le tomaron unos exámenes de sangre que tenía que hacerse por prescripción médica. Fueron hechos a domicilio. Según contó José Miguel Ibáñez, la muestra la examinó el doctor Raúl Croxatto del Hospital de la Universidad Católica, sin saber de quién era la sangre. Al analizar los resultados dijo que la persona debía estar hospitalizada o en reposo completo en su casa. Murió un año después, el 26 de junio de 1975.

“¡En reposo completo, cuando estaba dando vueltas por todas partes, preguntando y contestando… hablando aquí y allá!”, exclamó el p. Ibáñez.

“Cuando yo vaya por el mundo diré que en Chile hay padres de familia audaces, que han tenido la valentía de abrir colegios para defender la fe de sus hijos”, dijo en su visita, según contó el p. Ibáñez.

“Era el enfermo más sano que yo había visto en la vida. ¡Tenía mentalidad de sano!”, sentenció.

La impresión de san Josemaría sobre los chilenos

Uno de los aspectos que más le llamó la atención a san Josemaría de los chilenos fue su valentía para levantar los dos primeros colegios, Los Andes (1969) y Tabancura (1970), cuando en el país se pretendía hacer una reforma para unificar el sistema educativo, –la ENU– la que estatizaría los colegios privados.

“Cuando yo vaya por el mundo diré que en Chile hay padres de familia audaces, que han tenido la valentía de abrir colegios para defender la fe de sus hijos”, dijo en su visita, según contó el p. José Miguel Ibáñez.

Al mismo tiempo, a san Josemaría no le pasó desapercibido el bajo perfil de los chilenos, a quienes calificó como “muy sobrios, serios, como contenidos”.

El padre Ibáñez relató: “Hay que recordar que él venía de Brasil y de Argentina, donde medio mundo habla con el corazón en la mano y nosotros: no. Pero bueno, nos dijo san Josemaría: ‘ustedes tienen un corazón grande, enorme…’”.

Con tono de leve impaciencia y arrastrando las palabras, el padre Ibáñez continuó citando a san Josemaría: “...¡Pero un pudor para mostrarlo!”.

Acto seguido recordó: “El consejo que nos dejó fue: ‘No tengan tanta reserva para mostrar el corazón, puesto que lo tienen’”.

Y reflexionando, el sacerdote se preguntó: “Ahora… ¿que hayamos cambiado? ¡No! Los brasileros siguen siendo los brasileros, los argentinos; argentinos, y nosotros… no poh”. El público del Aula Magna de la Universidad de los Andes estalló en carcajadas.

“El consejo que nos dejó fue: ‘No tengan tanta reserva para mostrar el corazón, puesto que lo tienen’”

“Ya, pero no importa, no era un asunto moral, era costumbrista”, matizó el padre Ibáñez, riendo también.

Al terminar la presentación, los asistentes salieron del Aula Magna al hall de entrada del edificio Biblioteca de la Universidad de los Andes, donde está ubicada una exposición sobre el viaje de san Josemaría y sobre las iniciativas que han hecho vida ese mensaje en Chile. Aquí se pueden ver los detalles de esta exposición.

El libro está disponible en la librería Proa.

Para ver la presentación completa, aquí.

Muestra gráfica que recorre los países en que estuvo san Josemaría en Latinoamérica, y que destaca mensajes, testimonios e iniciativas en Chile.

El relato de los días de san Josemaría en Chile narrados por Ana Sastre en "Tiempo de Caminar". Chile: ¡mar adentro!

Para ver la cronología del viaje pastoral de san Josemaría en Chile –entre el 28 de junio y el 9 de julio de 1974– ver estudio de María Eugenia Ossandón Widow, "Josemaría Escrivá de Balaguer en Santiago de Chile (1974)" en páginas 119 y siguientes.