Obispos destacan la vida y enseñanzas de Josemaría Escrivá como un don del Espíritu Santo para toda la Iglesia

En las ceremonias eucarísticas con motivo del centenario del beato Josemaría Escrivá, obispos de distintas diócesis destacaron la trascendencia eclesial de su mensaje.

Cardenal Errázuriz en la Catedral Metropolitana de Santiago

Card. Francisco Javier Errázuriz, Arzobispo de Santiago: “En este acto litúrgico, es la Iglesia entera la que alaba a su Señor, y le agradece estos 100 años transcurridos desde el nacimiento del Beato Josemaría, que es “nuestro Beato”, porque lo es de la Iglesia entera. Somos todos los católicos, y todos los seres humanos de un modo más general, los que nos beneficiamos con los carismas que el Espíritu Santo suscita en su Iglesia, y con la vida y la intercesión de los que han avanzado por el camino de la santidad. Por eso este día nos reúne en gratitud: tanto por los dones recibidos, como por aquellos que aún vendrán”.

Mons. Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso: “Al cumplir el primer centenario de su nacimiento, precisamente a pocos días de haber reconocido el Santo Padre un nuevo milagro que hará posible la canonización del Beato Padre Josemaría Escrivá de Balaguer, le damos gracias al Señor por esta hermosa figura sacerdotal de nuestros tiempos, le damos gracias al Señor por este inmenso camino espiritual que él abrió, y por esta inmensa movilización que en todo el mundo se ha ido despertando en torno a la espiritualidad del Opus Dei y en torno a la espiritualidad de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Demos gracias al Señor, hermanas y hermanos, por los dones con que bendice a su Iglesia”.

Mons. Orozimbo Fuenzalida, Obispo de San Bernardo: “¿Se dan cuenta, amados hijos, que este llamado a la santidad universal, que nos recordó Josemaría Escrivá con su vida y con la fundación del Opus Dei, es también nuestro, es nuestro ser, es nuestra identidad? Yo estoy llamado a la santidad, no por ser obispo, sino por ser bautizado primero. Ustedes están llamados a la santidad, no como funcionarios de un pueblo, sino que como ministros, como servidores, en sus profesiones, en sus trabajos, sean médicos, abogados, intelectuales, arquitectos o un simple obrero como el que me limpia esta catedral. Amados hermanos, así es la santidad: un agua viva, que penetra todo, y nadie la agota, y siempre es buena, y siempre es fecunda, y siempre es eterna”.

Mons. Javier Prado, Obispo de Rancagua: “El Beato Josemaría nos dice que “las crisis mundiales son crisis de santos”. Faltan hoy santos en el mundo que con su testimonio sean capaces de cambiar el rostro de la humanidad.

La santidad es para todos, ha de ser buscada por cada ser humano en el ambiente en que se encuentra”.

Mons. Luis Gleisner, Obispo auxiliar de La Serena: “Es un día de agradecimiento por lo que él recibió, en lo personal, como dones de Dios, que redundaron en enorme beneficio nuestro. El beato Josemaría respondió generosamente a lo recibido y lo hizo fructificar. Además respondió fielmente a la misión que Dios le encomendó de hacer el Opus Dei en la Iglesia, y desde la Iglesia en todo el mundo.

Monseñor Escrivá siempre tuvo conciencia de que los dones que recibió para fundar la Obra de Dios, no los recibió sólo para su santificación personal. Esto era esencial para poder cumplir el encargo de ayudar a todos, mujeres y hombres, a ser santos. Los dones, carismas, los recibía de Dios para el beneficio, la santificación, de muchas personas”.