Navidad: gestos que iluminan el corazón

En su carta de Navidad, Monseñor Fernando Ocáriz afirma que contemplar el rostro del niño Jesús en el pesebre nos ayuda a acercar la paz al corazón. Por su parte, el Papa Francisco, en estos días de Adviento nos interpela preguntando: “¿Cómo es esa fiesta que a Dios le gustaría que celebráramos ?”. Días previos al nacimiento del Niño Dios, mostramos iniciativas que apuntan a compartir con pequeños gestos, el don de la paz.

Cinco familias organizaron una Navidad en el Hogar "Don Feña" en las cercanías de Talca. Ejemplo de las cuatro iniciativas mostradas en este artículo.

Motivados por “salir de nuestro estado de bienestar y darnos cuenta de que a nuestro lado existen más familias, más niños, en definitiva, más realidades que sólo el trabajo y la Universidad”, un grupo de estudiantes del Centro Cultural Lonquimay, en la ciudad de Temuco, se organizó para recaudar regalos para 100 familias del sector de Victoria, distante a 66 kilómetros de la capital de la región de la Araucanía.

Belarmino Nahuel, estudiante de Derecho de la Universidad Católica de Temuco, cuenta que compartir con ellos es encontrarse con Jesús: “¿No será que Cristo una vez más nos está hablando? Porque si bien es un presente lo que les daremos, es a la vez un regalo el que Dios nos hace, porque justamente una vez más Cristo ha venido a nosotros y nos ha invitado a que lo amemos por medio de los más amados por Él… los niños”.

Belardino Nahuel junto a los regalos ad portas de ser entregados a los niños del sector de Victoria, en los alrededores de Temuco

Apertura de corazón hacia personas desconocidas”

Trinidad Vergara, junto a cuatro familias, asistió el pasado 15 de diciembre al Hogar de Ancianos Don Feña, ubicado en Bramadero, un poblado en las cercanías de Talca. Allí compartieron una tarde con 18 abuelitos con cosas ricas, villancicos y algunos presentes.

"Otro gesto que me conmovió fue ver a mis hijos hablándoles y tomándoles las manos a los viejitos, con mucha naturalidad y dulzura..."

“Este año visitamos un hogar - cuenta Trinidad- porque creo que niños y ancianos se complementan muy bien. Mis hijos tienen esa vitalidad y energía que muchas veces les falta a los mayores, mientras ellos les transmiten ese sosiego, sabiduría y ternura tan propias de la madurez”.Y como en toda familia abundan las anécdotas, comenta: “Vi a una señora muy coqueta que cuando abrió el regalo que trajimos a las mujeres, una crema sencilla, se puso muy contenta, aplaudiendo de alegría. Otro gesto que me conmovió fue ver a mis hijos hablándoles y tomándoles las manos a los viejitos, con mucha naturalidad y dulzura, lo que me hizo reflexionar sobre la apertura de sus corazones hacia personas desconocidas, algo que muchas veces nos falta a los adultos. ”

En Bramadero, en los alrededores de Talca, un anciano recibe un par de calcetines de parte de las familias que quisieron compartir con ellos una tarde, para llevarles gesto de alegría y paz en esta Navidad

Para servir, servir

En el corredor de la Iglesia Rectoral de san Josemaría, en el sector El Castillo de la comuna de La Pintana, un grupo de familias organizó una Feria de las Pulgas con ropa, juguetes y artículos electrónicos, cuya recaudación se donó a la misma iglesia. Uno de los organizadores cuenta que esta iniciativa tuvo como objetivo: “Servir a los demás y tener claras las prioridades de nuestro proyecto de vida como cristianos”.

Un regalo material que genera unidad

“Nuestro hijo de 12 años aplicó las matemáticas con verdadero interés, para poder entregar rápidamente el vuelto a las personas”, cuenta uno de los organizadores de la Feria de las Pulgas de La Pintana.

Haciendo vida las enseñanzas de san Alberto Hurtado, quien afirmó que “dar es uno de los goces más completos que Dios nos ha deparado. Dar, dar siempre, hasta que se nos caigan los brazos de cansancio”[1], un grupo de jóvenes emprendió una tarea que se convirtió en un regalo de Navidad imprescindible: la instalación de un baño completo con ducha, lavamanos, excusado y espacio para una lavadora y lavadero en una comunidad mapuche sin agua potable, ubicada en el sector Bochono, entre Temuco y Galvarino. Javier Zamponi, estudiante de Construcción de la Universidad de la Frontera, organizó una cuadrilla de voluntarios que produjo un cambio sustancial en la calidad de vida de sus beneficiarios, quienes lo vivieron como una verdadera fiesta.

“Me conmovió (...) contemplar las expresiones de felicidad de niños y adultos al ver cómo avanzaba la construcción".

“Me conmovió ver la pobreza del lugar, con letrinas y un pozo negro sin mantención, y contemplar las expresiones de felicidad de niños y adultos al ver cómo avanzaba la construcción. A pesar de que, por las condiciones pantanosas del terreno y las lluvias que cayeron esos días, tuvimos que instalar la fosa cuatro veces, el esfuerzo valió la pena. La señora Iris podrá compartir el baño con sus cercanos, que carecen de este servicio básico, generando así más unidad con sus vecinos”.

Un niño se columpia mientras la cuadrilla de voluntarios de Javier Zamponi, participante de medios de formación del Centro Lonquimay, en Temuco, avanza en la construcción de un baño completo.

Los gestos de solidaridad descritos son unas pinceladas que quisieron hacer eco de las palabras que pronunció el Papa Francisco en la Audiencia General del pasado miércoles 19 de diciembre: “No será Navidad si buscamos los resplandores brillantes del mundo, si nos llenamos de regalos, almuerzos y cenas, pero no ayudamos por lo menos a un pobre, que se asemeja a Dios, porque en Navidad Dios vino pobre”[2].


[1] Frases San Alberto Hurtado en https://www.padrealbertohurtado.cl
[2] Papa Francisco, Audiencia General, 19 de diciembre de 2018.