Coca y Peter: "El dolor te separa o te une como roca"

Un camino feliz, pero con algunas curvas. Así describen su historia familiar Coca y Peter. Este matrimonio transmite alegría a pesar de haber tenido que enfrentar la enfermedad de algunos de sus hijos. Cuando alguno de los dos "baja los brazos", se sostienen mutuamente.

Tras 22 años de matrimonio, Coca y Peter irradian compañerismo y empuje, características que han necesitado para sacar adelante a su familia. Han tenido que enfrentar la discapacidad de su hijo Pedro, -a los tres años enfermó de SHU, una bacteria que lo dejó casi al borde de la muerte y con parálisis cerebral-, tres de sus hijos tienen diabetes tipo 1 y otros dos, enfermedad celíaca.

Cuando su hijo Pedro enfermó de SHU tenía tres años. “El balde de agua fría fue tremendo, pero teníamos la fuerza de la juventud y el arma poderosa de la fe”, recuerda Coca. “Nos sostuvo la comunión de los santos y fue el gran apostolado de nuestro hijo, ya que incluso muchos amigos alejados de Dios me llamaban para contarme que estaban rezando y se habían acercado a la Iglesia otra vez”, cuenta Peter.

Peter y Coca junto a sus siete hijos.

“No habríamos podido sin Dios”, señala Coca. Se toman del brazo y se ríen para contar que se sostienen mutuamente en los momentos en que uno u otro está más cansado, triste o sin fuerza. “Nos queremos mucho más, porque el dolor te separa o te une como roca, y a nosotros nos unió más”, agregan. Hace siete años su párroco los invitó a preparar parejas para el matrimonio: “La experiencia te renueva y te vuelve a ilusionar”, comenta Peter y agrega “lo pasamos bien, ellos nos ‘obligan’ a poner en práctica lo que les decimos”. Y Coca añade que “lo que más les transmitimos es la importancia de quererse para siempre y esto nos motiva a seguir preparándolos”. Cuentan que han tenido padrinos que vuelven a confesarse y a comulgar después de años alejados de Dios. En pandemia, durante el 2020, prepararon 14 matrimonios.

El secreto de la felicidad conyugal está en lo cotidiano, no en ensueños. Está en encontrar la alegría escondida que da la llegada al hogar; en el trato cariñoso con los hijos, en el buen humor ante las dificultades. San Josemaría, Conversaciones, n. 91

El año pasado, Peter animó a Coca a llevar a cabo un proyecto que tenía en mente hace años: escribir un libro. Se titula “Mi familia imperfecta: un camino de dolor y felicidad”, y recopila la experiencia familiar de la enfermedad de su hijo mayor y lo que han vivido estos años. Busca ayudar a familias que estén pasando por situaciones similares, “que sirva de consuelo para alguna persona o matrimonio que necesite un bastón, que se sienta sola en este tremendo buque que es sacar adelante a un niño discapacitado, ya que muchas veces el dolor te ciega y sientes que no hay salida”, explica Coca.

A la izquierda Coca y Peter en el día de su matrimonio. A la derecha, el 17 de abril del 2021, celebraron su aniversario número 22.

Hace siete años su párroco los invitó a preparar parejas para el matrimonio: “La experiencia te renueva y te vuelve a ilusionar”, dice Peter. “Lo pasamos bien, ellos nos ‘obligan’ a poner en práctica lo que les decimos”.

La familia de Peter y Coca junto al prelado del Opus Dei.