Cuarenta años de la venida de un santo a Chile

Hoy se celebró en la Catedral Metropolitana la misa en honor a la festividad de San Josemaría, que coincidió con el aniversario Nº40 de su llegada al país. Un día como hoy, el santo pisó tierra chilena donde estuvo 12 días.

Ponemos a disposición esta infografía que resume la estadía de San Josemaría en Chile.

Reproducimos a continuación un extracto de la editorial de la hoja informativa "San Josemaría hoy" cuyo número está especialmente dedicado a esta visita.

Cuarenta años de la venida de un santo a Chile

El sueño de san Josemaría era realizar una profunda catequesis por Sudamérica. Quería visitar Perú, Ecuador, Colombia, América Central, Venezuela, Argentina y por supuesto Chile. “El Padre ha cruzado la cordillera de los Andes, el gran coloso nevado, y sobrevuela ya territorio chileno. Una tromba de agua ha caído sobre las calles de Santiago; en siete días ha llovido más que en todo un año”, cuenta Ana Sastre en su libro “Tiempo de Caminar”1.

Mapa icónico que resume los lugares que el santo visitó en Chile

San Josemaría pisó tierra chilena al mediodía del 28 de junio de 1974 y el primer abrazo que recibió fue el del Pbro. Adolfo Rodríguez. Hacía ya casi veinticinco años que don Adolfo había llegado, solo, a establecer en Chile el Opus Dei. Junto con saludarlo bromeó con él: -“¿Dónde están los Andes?; me estáis engañando. Yo tengo que tener fe, una fe tremenda para tragarme que hay Andes, toda una montaña inmensa ahí. ¡Si no la he visto!”2. Y pasó doce días en nuestro país. Cielo cubierto y lluvias torrenciales, que dieron paso a un sol radiante y la cordillera nevada, marcaron su visita.

Aquí junto a don Álvaro, su sucesor, y pronto beato a partir del próximo septiembre, tuvieron numerosos encuentros con cientos de personas que hicieron esfuerzos extraordinarios para reunirse con él. Viajaron desde distintos puntos del país y todos los sacrificios valieron la pena.

Durante esos días visitó algunos centros del Opus Dei, estuvo con el Cardenal-Arzobispo de Santiago, celebró 25 reuniones públicas, y otras tantas privadas, consagró altares, todo sin dar señales de agotamiento. Las grandes tertulias tuvieron lugar en el Centro Cultural Alameda o en el Colegio Tabancura que se hicieron estrechos para contener a la cantidad de gente que quería verlo y oírlo. Pero en cada uno de esos encuentros se respiraba un ambiente de familia y un clima íntimo que se traducía en oleadas de afecto alrededor de su persona. El cariño que derrochó con sus palabras -reiteró muchas veces que sólo quería hablarles a los chilenos de Dios- fue engarzando como fogonazos sus enseñanzas sobre la vida cristiana, descubriendo los tesoros que podemos tocar en nuestro camino diario.

Este boletín conmemorativo es una pequeña pincelada del recuerdo y de las enseñanzas profundas que dejaron huella a su paso por Chile.

1 Ana SASTRE, Tiempo de Caminar, ed. Rialp, Madrid, 1990, pág. 566

2 Ibídem

Descarga infografía para seguir de cerca los pasos de #SJM en Chile