1.000 nuevos hijos de Dios

La Iglesia Rectoral de San Josemaría en La Pintana celebró su Bautizo número mil. La alegría del párroco Pablo Siu y de la comunidad se hizo sentir. “Es como si se ganaran la lotería”, les explica a las familias cuando se preparan para el sacramento.

Albert junto a sus padres y padrinos en la Iglesia Rectoral de San Josemaría en La Pintana.

“Estamos muy emocionados de haber superado durante el 2021 los mil bautizos en nuestra iglesia y convencidos de que la fuerza de la gracia y de la fe son una influencia cada vez más positiva en las familias y en el barrio, porque con el sacramento nace un nuevo hijo de Dios en su familia que es la Iglesia”, comenta el padre Pablo Siu.

La familia Troncoso Díaz celebró con una gran fiesta familiar el bautizo de su hijo Albert de 5 años. Ana Luisa y Álvaro llevan 15 años juntos y viven en la comuna de La Pintana junto a sus tres hijos Adelita (17) y Antonia (12). quienes estudian en los colegios de la Fundación Nocedal. Anita cuenta que un día su hijo menor llegó a la casa entusiasmado hablando de la importancia “de ser amigo de Jesusito. Y ahí se abrió la puerta para bautizarlo”.

El padre Francisco Javier bautizó a Albert el 14 de agosto de 2021. Se trata del Bautizo número 1.000 que realizan en la parroquia.
"Me gusta mucho ver cómo los papás y los padrinos escuchan con tanto interés las charlas del padre Francisco Javier, quien está a cargo de los bautizos", dice el párroco Pablo Siu

El 14 de agosto de 2021 fue un día muy emocionante para la familia. “Desde ese día trata a Dios con mucho cariño y respeto y nos damos cuenta que Albert sabe que Jesusito está con él”, explica Anita. Agrega que la parroquia ha sido un apoyo para su familia y agradece el cariño cuando el padre visita a su abuela enferma y quiere conversar con él.

Por su parte el padre Siu comenta que siempre pregunta cada vez que ve un bebé o un niño si es que está bautizado. “¡Cuánta falta hace que la gracia de Dios esté en su corazón de niño! Cuando me toca preparar una familia para bautizar un hijo, les digo que ese día va a cambiar la vida de ese niño, como si uno se ganara la lotería, pero para que sea verdad, hay que cultivar y cuidar cada día la semilla preciosa de la fe que Dios siembra en el alma”, enfatiza el párroco.

Albert sostiene la vela que representa la luz de Cristo. A la derecha, junto a su bisabuela que lo acompañó ese día.

En virtud del Bautismo nos convertimos en discípulos misioneros, llamados a llevar el Evangelio al mundo (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 120). «Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador... La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo» (Papa Francisco).

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