Con abundante documentación y testimonios, Cristián Sahli relata la vida de este sacerdote que terminó siendo obispo de Los Ángeles.
Acaba de aparecer el libro de Cristián Sahli titulado "¿Te atreverías a ir a Chile?". Es la pregunta que José María Escrivá, San Josemaría, fundador del Opus Dei, hizo en 1950 al joven sacerdote español Adolfo Rodríguez Vidal, casi recién ordenado, para que viniera a iniciar la labor de esa institución en nuestro país. A través de este personaje, que fue muchos años más tarde obispo de Los Ángeles (entre 1988 y 1994), la biografía recorre los primeros pasos del Opus Dei en Chile, desde una modesta residencia de estudiantes.
José Miguel Ibáñez Langlois, nuestro colaborador "Ignacio Valente", conoció de cerca a monseñor Rodríguez (Tarragona, 1920-Santiago, 2003), y responde aquí sobre algunos aspectos del libro.
-Leyendo estas páginas, ¿le cuadran a usted con su imagen personal de Adolfo Rodríguez?
"No solo me cuadran, sino que superan mi propia imagen, porque me aportan la de muchas otras personas que lo conocieron. Esto se debe a la documentación abundantísima que buscó el autor. Retrata al personaje: él habló de sí mismo lo menos posible, incluso con los más cercanos. Costaba mucho entresacarle hechos de su vida personal, y más todavía si esos hechos mostraban su temple, incluso su heroísmo. En esos casos esquivaba siempre las preguntas. Por eso, incluso yo, leo aquí acontecimientos y circunstancias que apenas conocía".
-¿Le impresionó especialmente alguna parte del libro?
"Sí, la que cuenta esos primeros cuatro años que pasó en Chile, de 1950 a 1953, antes de conocerlo yo. Fueron años durísimos, en los que estuvo solo al comienzo, sin medios, pasando hambre y otras pellejerías, sacando adelante una residencia de estudiantes universitarios que no alcanzaba a financiarse, y realizando al mismo tiempo un trabajo apostólico de largo alcance con adultos. Tenía que hacer de todo, aún en lo doméstico, pedía donativos que ayudaran a la residencia a llegar a fines de mes, predicaba y confesaba en muchos lugares, y hacía en la universidad clases relacionadas con su profesión, la de ingeniero naval. Yo no sé de dónde sacaba tanto tiempo... y tantas energías. Mejor dicho, sí lo sé: de su vida de oración y de la Eucaristía".
-¿Qué aprecia usted más de esta obra en el género biográfico?
"Aprecio sobre todo la sobriedad con que el autor entrega la información sobre su personaje. No se dedica a elogiarlo ni a recomendarlo al lector. Deja que el personaje se muestre por sí mismo a través de los hechos. Interesará este libro, primero, a los que conocimos directamente a don Adolfo, porque encontramos aquí tantas cosas que no sabíamos. Pero también, puesto que no había casi nada escrito sobre la historia del Opus Dei en Chile, y aunque el libro no sea propiamente esa historia, creo que es lo más cercano a ella que se ha escrito en forma narrativa y documentada".