Opus Dei

“La vida de Guadalupe Ortiz de Landázuri es motivo de acción de gracias a Dios porque nos está demostrando que Dios no abandona a su Iglesia”, dijo Mons. Martínez Camino quien presidió este viernes la ceremonia de bendición de la sepultura e inhumación de los restos de Guadalupe.

Viendo las fotos de mi nieto me di cuenta de que algo no iba bien y pedí a un hijo mío que lo examinara.

El 25 de enero de 1944 Guadalupe acudió por primera vez a un centro del Opus Dei donde conoció a san Josemaría. Aquel diálogo supuso el inicio de su vocación.

Debía examinarme de una prueba muy dura y tenía poco tiempo para prepararme.

Siempre que tenemos algún problema técnico acudimos a Toni y siempre nos resuelve todo.

Podía introducirse en el sistema educativo una asignatura contraria a la naturaleza de la persona y de la familia.

Isidoro demostró ser un gran técnico.

Mi padre se estaba involucrando en campañas electorales deshonestas.

Un dolor muy molesto me atacó y no me dejaba trabajar con tranquilidad.

Me encomendé a Encarnita Ortega y acudió en mi ayuda con una rapidez sorprendente.