San Josemaría cuida de mi hijo

La segunda vez que mi hijo, enfermo de autismo, se perdió, me preguntó si de nuevo san Josemaría me había ayudado a encontrarlo.

Hoy le he dicho a mi hijo, que empieza la escuela secundaria, que me esperase en la puerta de la estación del Mass Transit Railway después de la escuela. Una vez que recibí su llamada después de la escuela, me apresuré a la puerta de la estación. Desafortunadamente, no estaba allí. Lo llamé en vano más de diez veces.

Como es autista, empecé a estar ansiosa y tenía miedo de que hubiera tenido un accidente o un evento inmanejable. Inmediatamente, llamé a su profesor, que pasaba por el mismo camino desde la escuela hasta la estación, pero tampoco lo encontró.

De camino a casa, le dije a mi hijo que fue san Josemaría quien me ayudó a encontrarlo

Decidí viajar en el Mass Transit Railway a la siguiente estación para buscar a mi hijo y le pedí a su profesor que me informara si lo veía en la puerta. Me subí al tren y recé varias veces a san Josemaría, pidiéndole que intercediera ante Dios para encontrar a mi hijo. Llegué al andén de la siguiente estación y busqué. Como había demasiados pasajeros, primero tuve que dejar que se transfiriesen a otro tren. Entonces, vi de lejos la figura de una mochila que se parecía a la de mi hijo. Supe que san Josemaría estaba cuidándome. Era realmente mi hijo, por la misericordia de Dios.

Corrí a abrazarlo; y repetí mi agradecimiento a Dios a través de la intercesión de san Josemaría y a nuestra Madre María. De camino a casa, le dije a mi hijo que fue san Josemaría quien me ayudó a encontrarlo. Estaba llorando y me preguntó si era la tercera vez que rezaba a san Josemaría para que lo encontrara. Le dije que sí.

Hace 10 años, mi hijo aún no había sido diagnosticado de autismo. Fuimos a jugar a un gran parque donde mi hijo se perdió por primera vez. No podía hablar, pero estaba tan animado que se escapó solo para jugar a lo que le gustaba. Mi marido traía a nuestro hijo mayor y yo iba con nuestra hija pequeña buscándolo por todas partes.

Inconscientemente recé con las palabras de la estampa de san Josemaría, pidiéndole que intercediera ante Dios para que yo encontrara a mi hijo. ¡Le agradecí a Dios que lo encontráramos en el patio! ¡También agradecí la intercesión de san Josemaría!

Le dije a mi hijo que contaba con la intercesión de la Madre María y de san Josemaría cuando estaba preocupada porque se había perdido

La segunda vez que mi hijo se perdió fue a principios de este año, cuando todavía era un estudiante de primaria.

Acabábamos de salir de la capilla de la escuela y desapareció, mientras yo entregaba un expediente al conserje. No estaba en nuestro lugar habitual fuera de la escuela. Empecé a agobiarme... Le pedí a su profesor que dijera su nombre por el micrófono y recé a san Josemaría... De repente, lo vi salir de la capilla. Al preguntarle por qué estaba allí, me contestó que cuando no me vio, pensó que estaría dentro del confesionario hablando con el sacerdote. Le agradecí a Dios su eterna protección y su disposición para escucharnos. El Espíritu Santo guía a mi hijo y su ángel de la guarda también lo protege. ¡Inmediatamente lo llevé a la capilla para agradecer a Dios!

Le dije a mi hijo que contaba con la intercesión de la Madre María y de san Josemaría cuando estaba preocupada porque se había perdido. Me preguntó con alegría si era la segunda vez que san Josemaría ayudaba a encontrarlo. Yo sonreí, él me abrazó y me besó. Entonces sentí el tierno amor de Dios por mí cuando vi la sonrisa en el rostro de mi hijo.

M. L. - Hong Kong


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