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“¿Cuántos comerciantes se habrán hecho santos?”

Te está ayudando mucho –me dices– este pensamiento: desde los primeros cristianos, ¿cuántos comerciantes se habrán hecho santos? Y quieres demostrar que también ahora resulta posible... –El Señor no te abandonará en este empeño. (Surco, 490)

Textos diarios

“El trabajo, un signo del amor de Dios”

Te está ayudando mucho –me dices– este pensamiento: desde los primeros cristianos, ¿cuántos comerciantes se habrán hecho santos? Y quieres demostrar que también ahora resulta posible... –El Señor no te abandonará en este empeño. (Surco, 490)

Textos diarios

“No resulta difícil convertir el trabajo en oración”

Trabajemos, y trabajemos mucho y bien, sin olvidar que nuestra mejor arma es la oración. Por eso, no me canso de repetir que hemos de ser almas contemplativas en medio del mundo, que procuran convertir su trabajo en oración. (Surco, 497)

Textos diarios

“El trabajo es la vocación inicial del hombre”

El trabajo es la vocación inicial del hombre, es una bendición de Dios, y se equivocan lamentablemente quienes lo consideran un castigo. (Surco, 482)

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“El mundo, lugar de encuentro con Dios”

Necesitas formación, porque has de tener un hondo sentido de responsabilidad, que promueva y anime la actuación de los católicos en la vida pública, con el respeto debido a la libertad de cada uno, y recordando a todos que han de ser coherentes con su fe. (Forja, 712)

Textos diarios

“Poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades”

Cualquier actividad –sea o no humanamente muy importante– ha de convertirse para ti en un medio de servir al Señor y a los hombres: ahí está la verdadera dimensión de su importancia. (Forja, 684)

Textos diarios

“Trabaja con alegría”

Si afirmas que quieres imitar a Cristo..., y te sobra tiempo, andas por caminos de tibieza. (Forja, 701)

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“El trabajo es una bendición de Dios”

El trabajo es la vocación inicial del hombre, es una bendición de Dios, y se equivocan lamentablemente quienes lo consideran un castigo. El Señor, el mejor de los padres, colocó al primer hombre en el Paraíso, “ut operaretur” –para que trabajara. (Surco, 482)

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“Primera condición: trabajar, ¡y trabajar bien!”

Si queremos de veras santificar el trabajo, hay que cumplir ineludiblemente la primera condición: trabajar, ¡y trabajar bien!, con seriedad humana y sobrenatural. (Forja, 698)

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"Haz lo que debes y está en lo que haces"

Hacedlo todo por Amor. -Así no hay cosas pequeñas: todo es grande. -La perseverancia en las cosas pequeñas, por Amor, es heroísmo. (Camino, 813)

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