“La oración debe prender en el alma”
La verdadera oración, la que absorbe a todo el individuo, no la favorece tanto la soledad del desierto, como el recogimiento interior. (Surco, 460)
“Con el trato, se engendrará el Amor”
El único medio para conocer a Jesús: ¡tratarlo! En Él, encontrarás siempre un Padre, un Amigo, un Consejero y un Colaborador para todas las actividades nobles de tu vida cotidiana... –Y, con el trato, se engendrará el Amor. (Surco, 662)
“Anda, ¡vuela!”
Me veo como un pobre pajarillo que, acostumbrado a volar solamente de árbol a árbol o, a lo más, hasta el balcón de un tercer piso..., un día, en su vida, tuvo bríos para llegar hasta el tejado de cierta casa modesta, que no era precisamente un rascacielos.
“Seguir a Cristo, ése es el secreto”
Al regalarte aquella Historia de Jesús, puse como dedicatoria: “Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo”. Son tres etapas clarísimas. ¿Has intentado, por lo menos, vivir la primera? (Camino, 382)
“¡Señor, que no sé rezar!”
Si de veras deseas ser alma penitente –penitente y alegre–, debes defender, por encima de todo, tus tiempos diarios de oración –de oración íntima, generosa, prolongada– y has de procurar que esos tiempos no sean a salto de mata, sino a hora fija, siempre que te resulte posible. No cedas en estos detalles. Sé esclavo de este culto cotidiano a Dios, y te aseguro que te sentirás constantemente alegre. (Surco, 994)
“Orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?”
Me has escrito: "orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?" -¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias..., ¡flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio. En dos palabras: conocerle y conocerte: "¡tratarse!" (Camino, 91)
“Cristo también vive ahora”
¡Vive junto a Cristo!: debes ser, en el Evangelio, un personaje más, conviviendo con Pedro, con Juan, con Andrés..., porque Cristo también vive ahora: "Iesus Christus, heri et hodie, ipse et in saecula!" –¡Jesucristo vive!, hoy como ayer: es el mismo, por los siglos de los siglos. (Forja, 8)
Evangelio del domingo: la Transfiguración
Comentario al Evangelio del 2.º domingo de Cuaresma (Ciclo C). “Escuchadle”. Para escuchar a Jesús, los apóstoles suben al monte de la oración y se disponen a escuchar todo cuanto quiere decirles. Con una humilde perseverancia en la oración comprenderemos y haremos la voluntad de Dios.
Evangelio del domingo: Padre nuestro
Comentario del 17.º domingo del Tiempo ordinario (Ciclo C). "Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino". La oración es un dialogo familiar, lleno de confianza, ternura y esperanza; es una conversación ininterrumpida con el Padre, en el Hijo, por el Espíritu Santo.