Número de artículos: 50

Virtudes humanas

Homilía pronunciada por san Josemaría Escrivá el 6-IX-1941 y publicada en el libro 'Amigos de Dios'. Trata sobre diversas virtudes humanas: fortaleza, serenidad, paciencia y magnanimidad; la laboriosidad y la diligencia; la veracidad y la justicia; y sobre los frutos de la templanza.

Porque verán a Dios

Homilía pronunciada por san Josemaría el 12 de marzo de 1954 y publicada en el libro "Amigos de Dios".

Tres mensajes de ‘Camino’

Mossèn Lluís Raventós publicó hace tiempo tres libros que eran una invitación a leer ‘Camino’. Estos libros enseñaron a poner a Dios en sus vidas a un gran número de personas cuando eran jóvenes. Ahora están en Internet, al alcance de todos, y no han perdido su vigencia.

Humildad

Homilía pronunciada por san Josemaría el 6 de abril de1965 y publicada en el libro "Amigos de Dios".

Muy humanos, muy divinos (IX): El don de mirar con Dios

Algunas virtudes que preparan para ser alma contemplativa en medio de lo ordinario.

Muy humanos, muy divinos (VI): Hasta ponerlo por obra

Pararse a pensar, escoger el camino, pasar a la acción. Tres momentos esenciales que dan forma a la prudencia, la virtud necesaria para hacer el bien en el único lugar real: aquí y ahora.

Muy humanos, muy divinos (V): Para poder ser amigos

Toda amistad genuina supone un esfuerzo tanto por entrar en la vida de los demás como por dejar que tengan espacio en nosotros; en este quinto artículo repasamos algunas virtudes que nos lo facilitan.

Muy humanos, muy divinos (III): Buscar los sentimientos de Cristo

En este tercer artículo nos adentramos en el corazón de las virtudes: qué son, cómo orientan nuestra afectividad y por qué nos hacen más libres.

Muy humanos, muy divinos (II): El camino lo llevamos dentro

Con la fuerza de la fe y la confianza de la esperanza, podemos decirnos: aquí y ahora yo puedo ser luz de Dios, amor de Dios.

Muy humanos, muy divinos (I): ​Jesús, ¿qué debemos hacer?

En este primer artículo sobre las virtudes humanas consideramos cómo todos nuestros deseos pueden encontrar su armonía en Dios. Descubrirlo lleva su tiempo, pero es liberador.