«Todos, vivos y difuntos, estamos en comunión»
El Papa Francisco concluyó sus catequesis sobre las obras de misericordia explicando dos ellas: rezar a Dios por los vivos y difuntos y enterrar a los difuntos.
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El Papa Francisco concluyó sus catequesis sobre las obras de misericordia explicando dos ellas: rezar a Dios por los vivos y difuntos y enterrar a los difuntos.
En la audiencia general del miércoles el Papa Francisco explicó cómo la paciencia se puede convertir en una auténtica obra de misericordia. Dijo que es necesaria para aguantar a los inoportunos y que además ofrece la oportunidad de corregir a los que se equivocan e instruir a los ignorantes
Haciendo hincapié en las obras de misericordia, en especial en las de visitar a los enfermos y a los encarcelados, el Papa Francisco invitó a los numerosos peregrinos de tantas partes del mundo a rogarle al Señor una fe grande para mirar la realidad con la mirada de Jesús y una caridad generosa para acercarnos a las personas con su corazón misericordioso
El Papa Francisco ha reflexionado durante la audiencia general sobre la obra de misericordia de "acoger al peregrino, al extranjero”.
El Papa comenzó su nuevo ciclo de catequesis sobre las obras de misericordia hablando de la primera de ellas: dar de comer al hambriento. Afirmó que hay situaciones de necesidad entre nosotros que requieren una respuesta inmediata y urgente, por ejemplo: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento.
Durante la audiencia general, el Papa dijo que "no es suficiente haber experimentado la misericordia de Dios en nuestra vida, debemos ser su signo e instrumento a través de pequeños gestos concretos”. Y anunció que en las próximas semanas dedicará al menos una catequesis a cada obra de misericordia.
"En la Cruz, Jesús revela el cumplimiento de su misión de salvar a los pecadores”, dijo el Papa Francisco en la audiencia, en la que tomó pie del pasaje del Evangelio de los dos ladrones crucificados junto a Jesús.
Durante la audiencia general el Papa Francisco reflexionó sobre el pasaje del Evangelio de San Lucas que inspira el lema del Jubileo: "Sed misericordiosos como el Padre”. Dijo que no es un eslogan bonito sino todo un programa de vida. La perfección del cristiano, dijo, es el amor y no consiste en hacer todo bien sino en saber perdonar y dar gratuitamente.
Durante la audiencia el Papa Francisco profundizó en el significado de varias frases del Evangelio: "Venid a mí”, "tomad mi yugo”, y "aprended de mí”. Dijo que Jesús no hace como los príncipes del mundo, que están lejos de la gente: a Él le gusta estar cerca de los que sufren.
El Papa Francisco reflexionó, durante la catequesis de hoy, en el pasaje del Evangelio que narra cuando San Juan Bautista estuvo en prisión y dudó si Jesús era el Mesías. Dijo que “la forma de actuar de Jesús puede escandalizar a muchos, porque no se adecua a la idea que se han formado de él, pero nos alienta a aceptarlo como el Mesías que se revela en las obras que cumple”.
La misericordia no debe ser una palabra abstracta sino un "estilo de vida”. Desde San Pedro el Papa Francisco ha pedido "remangarse” la camisa y hacer obras concretas de misericordia.
Durante la audiencia general el Papa Francisco recordó la curación de un leproso, al que Cristo llega a tocar sin temor de contagio o de romper las convenciones sociales de la época. Rodeado de refugiados el Papa dijo que lo mismo pasa hoy en día con ellos: la gente los considera, como al leproso, excluidos.