Opus Dei

María y José se preparan para ir a Belén a participar del censo dispuesto por el rey. Y con ello, también hay despedidas. Nos imaginamos a Susana, una de las amigas de María, que se acerca a ayudarla con las ropas del Niño.

Descubre la Novena de la Inmaculada: una oportunidad para acercarte a María.

El acompañamiento espiritual en el Opus Dei es una experiencia personalizada para ayudarte a crecer en tu relación con Dios, tomar decisiones con claridad y vivir tu fe de forma más auténtica.

Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.

Algunas ideas a quienes desean comenzar un camino de acompañamiento espiritual o a quienes ya lo están haciendo, pero no saben bien de qué hablar.

Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.

Tanto el celibato como el matrimonio exigen una entrega total.

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Muerte, enfermedad, heridas. Son palabras que asustan, pero en cierto punto de la vida descubrimos que son parte de la historia de todos. Y al crecer, es cada vez más común ver a personas que intentan esquivar el dolor, a cualquier costo. ¿Y qué sucede cuando un amigo, alguien cercano a ti, se encuentra con el dolor en cualquiera de sus formas?

Lánzate con audacia y aprende a rezar con el evangelio. Aprende a sentir como siente Cristo, a reaccionar como Él, a mirar con sus ojos, a pensar como piensa Él, a querer como Él, a actuar como actúa Él. En definitiva, a vivir tu vida como vive Él. Atrévete a mirarle a los ojos, a tener un encuentro personal y diario con Él. Tratále, quiérele, imítale. Pregúntale a Él. Te responderá.