El hombre sale al encuentro de Dios
La creación entera ha brotado del amor libre y sabio de Dios, pero eso es así especialmente respecto del hombre. El texto nos invita a pensar cómo podemos asemejarnos a Él irradiando bondad, poniendo belleza en el mundo.
Dios sale a tu encuentro
La Revelación brota de la cercanía y atención de Dios. Una cercanía que no es arrogante ni avasalla, sino que llama amablemente a la puerta. Quien quiera responder puede conocerle y recibirle.
Dar vida a un barrio: catecismo para niños en Lagos
Nkem, una madre joven, cuenta la aventura de dar clases de catecismo en Lagos (Nigeria) junto a un grupo de madres y amigas.
Los colores de la Misa
El morado, verde, rojo, blanco, rosado y azul dividen el calendario litúrgico. Cada color resalta una faceta de la vida de Jesucristo.
El Sacramento de la Confirmación
La Confirmación es mucho más que un simple compromiso. Como todo sacramento, se caracteriza por ser una acción de Dios en nosotros, más que una respuesta nuestra a Él.
El Credo: Dios y el hombre
Tema 1: En este artículo te invitamos a aproximarte en la relación que existe desde siempre entre Dios y el hombre.
El sacramento del Bautismo, nuestro password espiritual
Diariamente, tenemos la experiencia de lo que significa una password. Ante un dispositivo cerrado, una cuenta bancaria, incluso un automóvil. Una simple combinación de números y palabras puede abrir miles de oportunidades: comunicación, entretenimiento, trabajo, espiritualidad y un casi infinito etc. Algo así ocurre con el bautismo en la vida de una persona: la apertura a una serie de posibilidades verdaderamente fantásticas.
¿Qué es una romería a la Virgen?
Las romerías son visitas a santuarios marianos para homenajear a la Virgen con mucho cariño.
¿Qué significan los colores de la misa?
El morado, verde, rojo, blanco, rosado y azul dividen el calendario litúrgico. Cada color resalta una faceta de la vida de Jesucristo.
La Eucaristía, pan para el camino
De pequeño vi escrito sobre el altar de una capilla unas palabras, que en su momento no entendí. Decían: «levántate, come; porque un gran camino te queda.»