Santo Rosario, publicado por primera vez en 1934, consta de una serie de consideraciones sobre los quince misterios del Rosario (gozosos, dolorosos y gloriosos), para facilitar el rezo de esa oración mariana y la contemplación de esas escenas de la vida del Señor y de su Madre Santísima. El libro concluye con unos breves comentarios sobre la letanía lauretana.
San Josemaría redactó de un tirón esta pequeña obra en 1931, durante la acción de gracias de la Santa Misa. Se publicó en 1934 con objeto de ayudar a los lectores a dirigirse con sencillez y confianza a la Virgen María y, a través de Ella, a la Santísima Trinidad. Porque -como dice en el prólogo- "el principio del camino que tiene por final la completa locura por Jesús es un confiado amor hacia María Santísima".
A partir de la publicación de la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, de san Juan Pablo II, desde el año 2003, Santo Rosario tiene un Apéndice con comentarios a los cinco “misterios de luz”. Como escribe Mons. Javier Echevarría en una nota introductoria: “Para facilitar a los lectores la meditación completa del Santo Rosario, se han tomado de los escritos del Fundador del Opus Dei algunos textos, entre muchos posibles, y se han reunido en este apéndice.”
«He de contar a esos hombres un secreto —se lee en la Introducción— que puede muy bien ser el comienzo de ese camino por donde Cristo quiere que anden. Amigo mío: si tienes deseos de ser grande, hazte pequeño. Ser pequeño exige creer como creen los niños, amar como aman los niños, abandonarse como se abandonan los niños..., rezar como rezan los niños. Y todo esto junto es preciso para llevar a la práctica lo que voy a descubrirte en estas líneas: el principio del camino que tiene por final la completa locura por Jesús, es un confiado amor hacia María Santísima».
Estas páginas, de gran calidad literaria, desvelan la intimidad espiritual de san Josemaría, y concluyen con esta recomendación amigable, escrita en un tono cálido y cordial:
«Amigo mío: te descubrí un punto mi secreto. A ti, con la ayuda de Dios, te toca descubrir el resto. Anímate. Sé fiel. Hazte pequeño. El Señor se esconde a los soberbios y manifiesta los tesoros de su gracia a los humildes. No temas si, al discurrir por tu cuenta, se te escapan afectos y palabras audaces y pueriles. Jesús lo quiere. María te anima. Si rezas el Rosario así, aprenderás a hacer oración buena».
Actualmente, Santo Rosario está publicado en 25 idiomas. Su difusión supera el millar de ejemplares.
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