El prelado acude a rezar ante los restos de Guadalupe Ortiz de Landázuri

El prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz, acudió este viernes al Real Oratorio del Caballero de Gracia, ubicado en la madrileña calle de la Gran Vía, para rezar ante los restos mortales de la que, a partir de mañana, será la beata Guadalupe Ortiz de Landázuri.

Fotos: Álvaro García Fuentes.

Mons. Ocáriz acudió acompañado del vicario del Opus Dei en España, Mons. Ramón Herrando, y tras saludar al rector del Real Oratorio, Juan Moya, y a otros sacerdotes que se ocupan de la atención pastoral de esta iglesia, permaneció unos minutos arrodillado frente a la arqueta de madera que contiene los restos de Guadalupe, y que con ocasión de su beatificación ha sido colocada junto al altar para facilitar la veneración de los fieles.

A continuación, el prelado se acercó a la sacristía, donde se ha colocado un retrato de Guadalupe, obra del pintor andaluz Ignacio Valdés. Allí lo saludó el artista, quien pudo explicarle los detalles del cuadro. En el lienzo, la futura beata aparece junto a una ventana abierta, que llena de luz la estancia, y en él se aprecian los elementos fundamentales de su biografía: el estudio, México o la Química.

Al salir del Real Oratorio, abarrotado de fieles tras la celebración de la Eucaristía, un grupo de familias y peregrinos de diferentes países saludaron al prelado. Entre los que saludaron a Mons. Fernando Ocáriz había algunas chicas jóvenes venidas de México, Sri Lanka y la India.

La arqueta con los restos de Guadalupe se encuentra habitualmente en un lateral del templo, pero durante estos días ha sido colocada en el presbiterio de la iglesia, para que todos los peregrinos que se han desplazado a Madrid para asistir a la ceremonia de beatificación y quienes lo deseen puedan acercarse a rezar, pedirle favores o agradecer su vida santa. De hecho, la afluencia de personas en estos días está continua.

Desde el pasado 5 de octubre, los restos mortales de la nueva beata, madrileña de origen, se trasladaron al Real Oratorio desde el cementerio de Pamplona, donde falleció en 1975, tras una operación quirúrgica en la Clínica Universidad de Navarra.

La arqueta con los restos de Guadalupe se encuentra habitualmente en un lateral del templo, pero durante estos días ha sido colocada en el presbiterio de la iglesia

Mons. Ocáriz recibió la ordenación sacerdotal el 15 de agosto de 1971 en la madrileña Basílica de San Miguel, no lejos de donde se encuentra el Real Oratorio del Caballero de Gracia. Unos días más tarde, Guadalupe Ortiz de Landázuri, que había asistido a la ceremonia de ordenación, en una carta aseguraba que, en el momento de la imposición de las manos, no se había perdido “ni una sola cabeza”, rezando por todos los nuevos presbíteros. Quizá el prelado este viernes haya agradecido a Guadalupe aquella oración por su persona, hace ahora 48 años.