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Estudio y amistad

Por supuesto, la obra de San Rafael comenzó con estudiantes, y pasaron mucho tiempo… estudiando. Arquitectura, medicina e ingeniería eran algunas de las carreras más populares. Estudiar no era solo otra tarea en el día, algo para disfrutar o sufrir, dependiendo de si te gustaba la clase o no. Como les enseñaba Josemaría, una hora de estudio, para un apóstol moderno, es una hora de oración.

Una hora de estudio, para un apóstol moderno, es una hora de oración.
San Josemaría, Camino, n. 335

La amistad con otros, animada por su amistad cada vez más profunda con Cristo, también adquirió nuevas dimensiones, ya que Josemaría los animaba a dejar que la preocupación sincera por los demás los sacara de su zona de confort.

No puedes ser un elemento pasivo tan sólo. Tienes que convertirte en verdadero amigo de tus amigos: “ayudarles”.

(Surco, n. 731).

—Cada vez has de ensanchar más tu corazón con hambres de apostolado: de cien almas nos interesan las cien.

(Surco, n. 183).

No me hagáis «capillitas» dentro de vuestro trabajo. —Sería empequeñecer los apostolados... (Camino, n. 963).

El joven Josemaría siguió formando la Obra de San Rafael a medida que pasaban los meses: con meditaciones u oraciones guiadas ante el Sagrario; retiros para dar un paso atrás y recargar las baterías espirituales; círculos profesionales; excursiones, reuniones, actividades culturales y académicas, una residencia estudiantil… hasta que estalló la Guerra Civil Española. Pero eso es adelantarnos en nuestra historia.

Josemaría Escrivá Academia-residencia DYA, Madrid (España) Marzo, 1935
Josemaría Escrivá rodeado de los estudiantes de la Academia-residencia DYA, Madrid (España. Marzo, 1935)

Lo importante es que para aquellos primeros estudiantes que participaron en la obra de San Rafael, no sentían que estaban haciendo simplemente una buena acción más sino que se sentían protagonistas, portadores del mensaje y la misión del Opus Dei, viviéndolo en sus propias vidas. No se trataba de agregar más actividades a su ya ocupada agenda; se trataba de descubrir qué -o Quién- da sentido a todo… y abrir camino.

La Obra de San Rafael tiene como objetivo formar al mayor número posible de jóvenes, para que con libertad y responsabilidad personal, y compartiendo el espíritu de la Obra, puedan ser —ahora y durante toda su vida— levadura cristiana en sus familias, en su trabajo profesional, en todo el inmenso campo de la vida humana en medio del mundo. -Mons. Fernando Ocáriz, Mensaje 8 de junio de 2018.

Si estás leyendo esto, entonces de alguna manera, ese camino que el joven Josemaría abrió hace un siglo también te ha alcanzado a ti hoy. Puede que ya estés involucrado en la labor de San Rafael, o simplemente tengas un poco de curiosidad. Siéntete libre de explorar este sitio web, echar un vistazo a los recursos y escríbenos si tienes alguna pregunta o comentario. Esta es solo la primera parte de la historia... el resto, todavía se está escribiendo.